domingo, 25 de enero de 2009

Feliz ETSII, triste 3mE

Pues he vuelto a mi "querida" ETSII. Hoy no me han tratado mal, aunque me trataron en el examen que he hecho mejor en junio y en septiembre aunque ni sumando las dos notas apruebe. Pero eso se debe a mi vagancia. La verdad es que le tengo aprecio a ese mastodonte del siglo XIX con cúpula futurista. Es mi ETSII la que me ha visto estudiar de vez en cuando, y tomarme mis tercios en la cafetería, asumiendo que como dice el diccionario de la RAE holandesa, un alcohólico es una persona que bebe todos los días exceptuando el caso de que sea estudiante. Y ahí me encuentro yo, por lo menos durante un cuatrimestre más, y espero que ahí se acabe la cosa.

Hoy me siento más cerca del final del túnel. Estoy completamente convencida de que voy a aprobar mis exámenes de esta semana (tres), por lo menos dos, y espero aprobar el otro que me queda dentro de 10 días aunque sea dándole pena al profesor. Y con esto y un bizcocho, y un poco de suerte al escoger las asignaturas del segundo cuatrimestre, ya no tengo que hacer más exámenes nunca jamás. Sí, la luz del final me está cegando y me encanta.

Pero todo tiene su parte mala. He llegado a la escuela, y a pesar de ver a gente que hacía mucho que no veía, y que me ha encantado verlos a todos, sé que eso no se va a repetir mucho más. Que se empieza a acabar lo bueno, y que empiezo a echar una carrera con un amigo a ver quién termina el proyecto antes (y la carrera, valga la redundancia).

Y a pesar de esto, bueno, lo más triste no es que yo acabe, es que me doy cuenta de que el erasmus tampoco es para siempre. Hoy en la escuela no he visto a ningún pobre erasmus regresado porque era una asignatura de cuarto, y o te vas en cuarto, o te vas en quinto, así que solo había erasmus de este año, si eso. Pero el lunes en Delft me estuve despidiendo de la gente que solo está un cuatrimestre. Y aunque no llore como supongo que hará una que yo me sé, me dio una pena enorme. Por si lo lees, Marga (porque los demás no creo que lo entiendan de cualquier manera), ¡no te vayas! Delft no será lo mismo sin tí. Y esto significa que del que ha de ser el mejor año de mi vida, ha pasado ya medio año.

Pero el sabor de boca que me deja sigue siendo dulce. Y aún me queda mucho Erasmus por saborear.

viernes, 16 de enero de 2009

Eficiencia

No me puedo quejar, ésa es la verdad. Y me parece que a veces lo sigo haciendo. Últimamente me he descubierto tan eficiente, que no me lo creo ni yo. Y me hace terriblemente feliz, porque desde que empecé la especialidad, no doy un palo al agua, y todos los que me conoceis, o los que estudiais conmigo lo sabeis, hay un antes y un después desde febrero de 2007. Los materiales me han hecho así, vaga, que se le va a hacer.
Me daba rabia no aprobar Estructuras ni Regulación, sin duda mis dos asignaturas favoritas de la carrera. Yo pensaba, anda que ya te vale, rica, dos años sin suspender, y justo cuando te vas de Erasmus, cataplás. Y es porque no he estudiado absolutamente nada.
Ahora lo entiendo todo. Ya he dicho muchas veces que en esta universidad que yo elegí estoy hacienda de todo menos Erasmus, porque estudio como una campeona y no me doy tregua (si mi madre lee esto, va a decir que los coj…..). Me tiro en la biblio 10 horas al día, hacía que yo no estudiaba tanto desde el segundo año, cuando aprobé un montón de cosas, para que nos vamos a engañar, el esfuerzo valió la pena. Pues como ahora quiero ya acabar las asignaturas asquerosas que tengo en Madrid, y me quiero dedicar ya al proyecto, estudio que es una cosa increíble. Ni la siesta me echo ya.
No sé qué tal resultado dará todo el esfuerzo que estoy haciendo, pero espero que bueno. He hecho un examen y parece que me ha salido bien, y he descubierto que el portátil es mi perdición y mi cáncer más absoluto. El ambiente de la biblioteca es bastante propenso a que estudies, en los descansos ni siquiera me da tiempo a acabarme el café, el día que hay café, porque otros días se termina la carga de las máquinas, y salgo a mirar como los demás se toman la guarrería que ellos llaman café solo de termo.
Y los holandeses siempre han tenido fama de gente eficiente, imaginad como son los de Delft, que sacas el carnet de estudiante y te miran con respeto en toda Holanda. Si saco el carnet de la UPM en España, seguro que me dicen que pobrecita, ay como te dan por dónde más duele. En fin, a todo se acostumbra uno, hasta al horario español de comidas de cenar a las 11 cuando vuelvo de la biblioteca.
Así que la conclusión de todo esto es que soy eficiente. Mucho. Y es porque tengo la biblioteca al lado de casa, relativamente, y porque no tengo que desplazarme tanta distancia, y porque como no como, no tengo sueño después de la hora de la comida. Como una sílfide me deja a mí este país de gente guapa.

martes, 6 de enero de 2009

... y Delft

Pues ayer llegué de vuelta a Delft después de pasar las vacaciones de Navidad-sin-Reyes. Es lo que tiene ser católica, o lo que sea que yo sea, que tenemos todas las fiestas que en Holanda no se celebran (como el día del trabajador, que ellos sí trabajan).
La verdad, estar en Madrid me ha encantado. Ver a mis amigos y de repente no enterarme de nada de lo que pasa por todas las cosas que han pasado en el tiempo que estado fuera y tener tanto de lo que cotillear, me encanta aunque no se deba confesar. Pero a todos nos gusta aunque no lo digamos en alto. Y es que Madrid es la mejor ciudad del mundo a la que solo le sobra una cosa: el tabaco en los bares. Pero si se lo quitan, con los recortes de horarios de los bares y los precios prohibitivos de las copas, a lo peor se convierte en Delft. Aunque Delft también me encanta.
Que ayer llegué y pensé: bueno, pues hale, coja usted el tranvía y a casa (a casa ahora es a casa de Delft, ya veis). Y mi casa ha sobrevivido a una fiesta y está entera, no quepo en mi de gozo, y eso que mi cuarto está enfrente de la cocina. Probablemente el vómito y la cerveza fueron limpiados eficientemente (como en España pensamos que es todo en este país aunque no lo sea).
Pero no me voy a quejar hoy de los holandeses, porque lo que me tiene contenta, o no, no lo tengo muy claro, es otra cosa. Que nadie más se queje del frío que hace en España ahora porque no lo consiento. He visto a tres maromos como tres casas de grandes jugando al hockey sobre hielo en el laguito que hay al lado de mi escuela. Saltando. Y el canal grande que va a dar al mar en algún momento de su recorrido también está congelado. Para todo aquél que no haya estado en Delft todavía, que sepa que este canal tiene puentes levadizos porque pasan unos barcos que quitan el hipo de lo grandes que son. Hoy había un barco ahí en medio cuando he vuelto de la biblioteca a las 8 ó así. El frío que hace es del copón, con perdón. Ahora hace -8ºC, y parece que va a llegar a los -12ºC, en Villalba hace +2ºC y mi madre se queja. Nunca pensé que las manoplas con relleno no fueran suficiente.
Y aún así yo sigo haciendo toda la vida Erasmus que se puede. Ayer fue la Noche de Reyes y los españoles teníamos que hacer algo, así que hicimos chocolate de verdad, no el colacao que te dan por ahí, aunque nos quedó un poco líquido, la próxima vez saldrá mejor. ¡Y hasta una tortilla! Y se podía comer, o por lo menos aún no me he muerto de intoxicación. Bueno, es lo que tiene Holanda, lo tienen todo legislado para que nada mate, menos los porros. Porque las setas, queridos amigos, ya no se pueden comprar.
Por cierto, que no haya estado en Reyes en casa no significa que no se hayan pasado por aquí o hayan venido en otro momento. Este año he debido de ser muy buena, porque me han visitado Sinterklaas, Papá Noel y los Reyes (del Ratoncito Pérez, con lo pato que soy, me he librado por poco), que debimos de coincidir en el vuelo, porque me visitaron por adelantado en Madrid y hoy aquí. Así que muchísimas gracias a la gente que les escribió cartas y se acordó de mí. Hablaré con los Reyes y ya les diré unas cositas para que os lleven a casa.