martes, 25 de noviembre de 2008

Y van dos, y con sorpresa typical spanish

Acabo de despedir a mi segunda visita en Holanda: mi hermano y una amiga suya, que me han usado de campamento base y con los que me he recorrido todo lo que hay que ver en el oeste de Holanda en un fin de semana. Así que me han dado una pequeña paliza.
La gente pensará: "Bueno, Laura, no te quejes, hija, que Holanda es pequeño...". Sí, es verdad, pero Holanda no es el paraíso de la perfección europea que los españoles acomplejados tienen. En realidad esa Europa ordenada, civilizada y limpia no existe, cada país tiene sus historias y sus problemas que corregir, en ocasiones cosas de las que en España nos quejamos y sin embargo, es lo que tenemos a lo que aspiran esos países.
Esto viene a cuento de que resulta que este fin de semana han cerrado todo el domingo la línea férrea que va de La Haya a Rotterdam. Y justo en el punto equidistante de las dos estaciones principales, Den Haag Centraal y Rotterdam Centraal, está la estación de Delft. Este corte se debe a que están de obras, llevan como dos semanas cortando de 12 de la noche a cinco de la mañana cortándolo también, pero lo del domingo el corte fue enterito. Y ayer había un tren cada hora o así, porque se les alargó el tema. Para que luego digamos que esto es España cañí. Lo habría pensado, si no fuera por la bonita ola de frío que ha hecho que caiga la primera nevada de la temporada (en Holanda no suele nevar, y cuando lo hace, se colapsa, ¿a qué me recordará, con su M30 y su metro inundados?).
Mi hermano se ha traído todo lo malo que podría traer, todos sus trenes (que han coincidido con los míos en su mayoría) se han retrasado. Ha hecho un frío rico, rico. He descubierto que las botas que yo usaba para el agua calan si se anda por la nieve durante dos horas. He roto las botas que usaba para salir, para andar, para ir a la universidad y para todo lo demás.
Pero soy feliz, y tengo un motivo muy grande. Aunque mi hermano no me haya traído más que unos sobrecitos de colacao que más que otra cosa son para quitar el mono, el viernes, buscando las casas barco de Delft para enseñárselas, descubrí algo que no sabía que existía (me parece muy fuerte que nadie me lo haya dicho antes): ¡una tienda de productos españoles! E italianos, pero eso no me hace tanta ilusión. Resulta que una amiga también la descubrió el viernes, y ahora somos las dos personas más felices de este pueblo. He desayunado colacao. Pero mucho colacao. Un colacao negro como el culo de un burro. Y hoy para comer tengo cocido madrileño, que aunque sea de lata, es de Lit.... y me va a sentar de bien... Probablemente no sea muy bueno, pero la morriña de comerme unos garbanzos se me va a quitar, en Holanda solo los venden en tiendas de veganos o en tiendas gourmet. Y no. Garbanzos con chorizo. El chorizo es un elemento imprescindible para hacer garbanzos que ya sé dónde comprarlo.
A pesar de todo esto, no me iba a quedar en mi casa comiendo garbanzos (se me hace la boca agua de pensarlo), y ayer estuve en Gouda y en Utrecht, y hay que ir. Son dos sitios preciosos, aunque mi ciudad favorita de Holanda sea Leiden, ¡ayer hizo frío pero hacía sol! Todos sabemos que las cosas son más bonitas si son gratis o si hace buen tiempo, en su defecto.

1 comentario:

--pab7oAB-- dijo...

realmente lo tuyo con el colacao parece una enfermedad, yo si lo q bebiera me recordara al culo de un burro, ciertamente, no lo beberia

bsetes!