martes, 31 de marzo de 2009

¿Holandesa?

Bueno, pues casi con el examen encima comento un par de cosillas.
Hoy ha hecho un día tan absolutamente genial que se me ha pasado el agobio de ayer por Regulación Automática (la asignatura de mi tormento). Que ayer vi que tenía que hacer un trabajo y que no me dejaba descargarlo el sistema de la TU Delft, y lo pasé tan mal... Pero al final no tengo que hacerlo, así que ya estoy más tranquila (ilusa que soy, ni que pensara que ya está aprobada). Y además ayer vi camino en el proyecto. No es plan de contar el bodrio que estoy haciendo, el que quiera saber más, yo se lo cuento en petit comité, porque me gusta que la gente me siga leyendo. Ya sé por dónde tengo que tirar, y es mucho más que lo que tenía la semana pasada, y de repente siento como si hubiera avanzado 10 créditos.
Ha salido el sol, y aunque no me haga tanta ilusión, han vuelto mis pecas/manchas de la nariz. Porque he estado al sol un rato largo, y de repente las flores se han abierto, mañana empieza el mes de Abril (que en general se me antoja melancólico) y tengo un viaje a la vista. He podido salir a cuerpo a la calle y por primera vez me he dado cuenta de que las orejeras me sobraban. Los días alargan, aunque sea a costa de eternos atardeceres. Y todo es verde a mi alrededor. Me siento de bastante buen humor, porque además si mañana suspendo mi examen, he encontrado una asignatura tan bonita para sustituirla, que no me importa demasiado.
A pesar de todo, sé que a la gente le da un poco de cosilla ya que estemos en Abril, porque el otro día me dijo mi amiga, la que se ha echado novio Erasmus en Delft, que le empezaba a dar un poco de pena porque ve que se acaba. A mí obviamente no me da ninguna pena porque me queda aquí tanto tiempo que ni lo sé ni quiero pensar en ello. Y me doy cuenta de que no es en este país donde quiero pasar el resto de mi vida. Pero no voy a pensar en cosas tristes otra vez.
Porque estoy bien de nuevo, con mis holandeses alrededor, cuando se puede hablar de cualquier cosa sin preocuparte de que te oigan, porque si lo hacen no lo van a entender. Y si hablan español, desde luego conmigo es como hablar por teléfono porque yo soy complicada de entender, hablo demasiado deprisa. Y bueno, más me vale estar contenta rodeada de holandeses, porque empiezo a parecerme peligrosamente a ellos.
El frikandel es una cosa que no me atrevo a probar, pero el sate a veces hasta me lo termino, y decir que es pesado es una manera sutil de decir que es como comerte una piedra (amigo holandés, es tu turno para comentar y criticarme con permiso, y por cierto, si sate se escribe saté, agradecería que me lo dijeras). El otro día en Amsterdam con mi amigo del armario, a él le hablaban en inglés y a mi en holandés, he dejado de usar guantes, voy al gimnasio en piratas y aún ha habido días en los que ha helado y yo con las piernas al aire. Soy blanca como la leche y hoy he visto el sol y me he salido como si lo hubiera visto desde la última vez que me fui de fiesta a Lloret de Mar (donde no he estado nunca). Iba a decir como la última vez que me fui a España, pero mentiría, porque se puso a nevar, aunque como buena holandesa que me estoy haciendo, menosprecio bastante el frío que pueda hacer en mi casa. Y otra cosa que me doy cuenta con las visitas: el día de Amsterdam, precisamente, mi amigo decía que qué frío, y yo ya sin guantes me parecía verano.
Además otra cosa muy característica de las holandesas, que es una tontada, pero es real, es que nunca llevan bolso sobaquero (de los que tengo dos mil) y nunca llevan carpeta en la mano. No sé ya cómo se llevan ninguno de los dos. Viva la mochila que prometí no sacar nunca más a la calle. Me he comprado una nueva. Junto a un montón de ropa que me clasifica directamente como holandesa.
Menos mal que me voy a Alemania y no siento que salga de mi país, porque en realidad llevo fuera de él casi dos meses. Y seguro que en Alemania les parezco una española de bien, no una holandesa con el pelo moreno. Por cierto, duda existencial que me acaba de surgir. Si mi novio aquí no es rubio, cuando en España lo es, si el novio Erasmus noruego de mi amiga aquí no es rubio, y es noruego y ario y vikingo, ¿habrán perdido los holandeses el criterio de lo que es moreno? ¿Distinguirán entre castaño claro, castaño oscuro, pelo negro con reflejos rojos o para ellos es todo lo mismo? ¿Y yo que soy aquí, si en España casi soy rubia? Ah, se me olvidaba, para eso necesito mucho sol, y no creo que aquí dure mucho.
Pero lo bueno es que hoy el sol hereje calentaba. Capitán, Condeduque, Flandes a lo mejor no está tan mal.

sábado, 28 de marzo de 2009

A ver, que esta gente no es tan mala

¡Cómo se nota que estamos de exámenes! Y que sigo un poco triste, también. Confesiones de alcoba, la verdad es que cuando estoy triste es cuando más me apetece escribir.
Pero voy a puntualizar un par de cosillas que pueden dar lugar a equívocos.
En primer lugar, Holanda es un país con una cultura y una sociedad avanzadas. Las cosas como son. Y con poder adquisitivo. Cuando vino mi hermano se dio cuenta de esto en un detalle muy tonto: todo el mundo tiene Ip.. de marca App.., el auténtico. Y puedes pensar, bueno, la gente que hace mucho que se lo compró... No, cuando llegué, todo el mundo tenía el Ip.. nano, el cuadradito. Ahora todo el mundo tiene el que sacaron para Navidad. Un amigo me dijo: "¡En Madrid también!". Puntualizo: en la escuela hay muchos pijos. Todo el mundo ha estado en Estados Unidos, en Bali... A ver, en España la gente que va a Bali va de luna de miel, no a pasar unas vacaciones vagas con la novia, pagadas por papi y mami (como todas mis vacaciones, pero lo más lejos que he llegado por mi cuenta fue Sarajevo, y era barato ir; y el sitio más caro dónde he estado, Estocolmo, fui becada por el instituto). Los universitarios reciben una beca que aún no sé muy bien si es un préstamo o no, pero el caso es que la tienen. Y por eso es muy raro vivir en casa de papá y mamá con 20 años (me caen 24 el mes que viene, y por mucho que me empeñe, en Septiembre, espero, me voy con mami).
Cuando he ido al médico he visto una cosa que debería haber en España: eficiencia y eficacia. Los 25 euros los cobran, pero así también se evitan colapsos, se evita a la gente que estornuda y va a Urgencias y se queja porque a uno que viene con un soplo le pasan antes. Y se financia.
Las calles en general están limpias, y esto es una cosa que en general me satisface bastante de las ciudades españolas. La primera vez que estuve en el extranjero, fue hace 10 años en Estocolmo, y la comparación era abismal. No he vuelto, pero he tenido el placer de conocer a suecos por Delft, y la verdad es que las cosas ya no me parecen tan distintas. En 10 años España ha avanzado en muchas cosas 25, y el civismo, aun lejos de lo deseable, es una de ellas. Por eso las calles de España no tienen nada que envidiar a las holandesas en limpieza. Las aceras existen en España, y aquí no, pero tienen carriles-bici. Espero en cambio que la principal diferencia, que para mí es el tabaco en los bares, se equipare pronto y prohíban fumar en todos los pubs, bares y discotecas españoles. Lo siento, pero me he vuelto muy intolerante, lo confieso: me encanta ponerme el día siguiente por la mañana la ropa que usé para tomarme una cerveza el día anterior.
Hay otra cosa como muy de ciudad guay y muy moderna que en Holanda abunda y a mí me repugna pero entiendo que no tienen otra: el tranvía. Son peligrosos, y aunque dan un "aire de modernidad" me parece un retroceso (va por tí, Espe, y el Metro Ligero que me pregunto cuánto tiempo tardará en ser soterrado y así consumir el doble de presupuesto). Bueno, en Holanda como te pongas a excavar, a lo mejor se te inunda el país. Pero bueno, el tranvía de La Haya la hace una ciudad realmente moderna.
Aunque si realmente hay algo que me maravilla de Holanda, esa cosa es la ingeniería tan brutal que se necesita. Si no hay ingeniería este país desaparece del mapa. En estos momentos que estoy en casa, estoy a 10 metros sobre el nivel del mar, porque estoy en un tercero. Hay agua por todas partes, canales por doquier, y nunca se desbordan. Y puentes levadizos cruzando todos los canales. Y nunca se estropean. Y llueve, llueve sin parar y nunca se hacen esas piscinas que se forman en Madrid a las que llamamos charcos. Y a pesar de que el terreno sea un humedal, hay una cantidad de rascacielos, que por favor, que venga un ingeniero de caminos y un arquitecto y me expliquen como lo hacen. Y además están los diques y las bombas. Si hay un apagón en toda Holanda y las bombas dejan de funcionar, se acabó Holanda. Y aquí llevan desde hace..., no sé, ¿10000 años?¿20000 años? Por aquí andaban los neardenthales y aquí sobrevivieron (venga, a ver quién es el pedante que comenta y habla de la glaciación y blablabla).
Otra cosa impresionante de Holanda: no sé cuántas horas se trabajan a la semana en este país, pero no creo que sean muchas. Las tiendas cierran a las 17.30 o a las 18.00, menos un día a la semana que cierran a las nueve, que en Delft es el viernes. Y los lunes por la mañana tampoco abren, hasta la una nada. O sea, los lunes abren cuatro horas. Y los domingos tampoco abren, claro. La hora punta de volver a casa es como a las cuatro de la tarde. Y en la universidad las clases empiezan a las nueve menos cuarto. No lo entiendo. No sé cuándo trabajan, pero lo hacen bien porque las cosas funcionan. Y se pueden permitir el lujo de tener el tren gratis. Eso sí, si no eres holandés, es una pasta que no veas.
Así que no trabajan, cobran un dinero muy rico, están sanotes (delgados, altos y bien guapos que son todos, que comparados con los flamencos de Bélgica..., las comparaciones son odiosas para la parte que sale perjudicada) y viven en una sociedad abierta y permisiva. Y además, algo que me empieza a dar demasiada envidia: habla inglés hasta la cajera choni del súper. Y chapurrean alemán. ¿Y yo qué hablo? Doy las gracias por estar bastante por encima de la media española en inglés.
Y todo esto con un tiempo de mierda, debe ser por eso que hay un bar en una esquina de cada dos.
A ver si cuando se pase la crisis en un 5 años nos ponemos al día y avanzamos los 10 que esta gente nos lleva.

miércoles, 25 de marzo de 2009

España engancha

Bueno, después de haber estado durante mucho tiempo dudando sobre si quedarme en Holanda o irme a España después, la decisión está casi tomada a favor de la tierra patria, porque a veces me sale ese patriotismo que los progres, como me considera mi novio, no solemos tener. Pues ya veis.
Esta decisión se ha visto influida porque ahora Holanda está genial, no nos podemos engañar: hace el mismo frío ahora que en Enero en Madrid, pero con un viento que te tira de la bici; pero me lo paso genial porque estoy aprendiendo un montón, porque tengo un grupo de amigos que cuentan conmigo para el 90% de los planes, el otro 10% saben que ya me ha surgido otra cosilla, vivo sola y tengo independencia.
Pero mis amigos son Erasmus, como yo, en su mayoría, y la minoría restante no tiene mucha pinta de quedarse en Holanda durante mucho tiempo. Es difícil hacer amigos autóctonos, tienen su vida hecha y no se esfuerzan por conocer a gente nueva, también me pasa a mí en Madrid, no les voy a criticar por ello. Y si me quedo aquí, no tengo ganas de volver a ir al Ruif a hacer amigos, porque ya no voy a ser Erasmus, y no voy a poder llevar la vida que van a llevar los Erasmus nuevos. Tendré que buscar un trabajo y aprender un idioma de sonidos guturales e impronunciables (a ver, el que haya estado en Holanda, que comente la belleza del lenguaje).
La verdad es que me da pereza empezar de cero.
Y entonces voy a hablar con el tutor, y me dice que la mitad del proyecto estará hecha para finales de junio. No voy a volver a España jamás. Y según lo decía, creo que se me saltaban las lágrimas. De repente tengo ganas de volver, de entender los carteles por la calle, de encender la televisión y escuchar a Paquirrín en lugar de ver a Mister T subtitulado en holandés vendiendo gamuzas mágicas. De ver el sol de manera continua y de dejar de sorprenderme cada vez que sale. De llevar manga corta o ir a cuerpo sin parecer una loca que piensa que porque lo diga El Cor.. Ing… ya es primavera.
Lo malo es que en primer lugar: ahora que mi cuarto parece mi cuarto (menos mal que no le quité la moqueta, porque el otro día DUWO me habría echado una bronca rica y se habría quedado mi fianza), si me quedo me tengo que buscar otro. Y bueno, dejaría de pagar la pasta que pago por vivir rodeada de mierda, pero me da pereza mudarme, la verdad. En segundo lugar: yo contaba con un amigo para pasar el verano, ¡y ahora me dice que a lo mejor se va a España! Así que… solita todo el verano (¡¡visitas!!). Tercero: doy luz, definitivamente, sobre todo después de irme a comprar maquillaje y que me dijera la dependienta: “¡Uy! ¡Tienes la piel muy clarita!” en Holanda; así que no me quiero imaginar a mí misma después de un verano aquí a la sombra de los pinos. Cuarto: mes de marzo y sin fresas, mes de mayo y sin albaricoques ni cerezas, verano sin gazpacho… y todo después de haber estado todo el año sin tomarme un mísero cocido.
Me lo quitan y es cuando lo quiero.
Me quiero ir a mi país…

lunes, 23 de marzo de 2009

El país más avanzado del mundo

Hay algunas cosas que nunca me dejarán de sorprender, por mucho que lleve casi siete meses en Holanda, y por mucho que haya vivido 23 años y medio en España, sobre todo los últimos 10, cuando más inmigrantes han venido.
Yo respeto a todas las religiones, y todas las creencias, y respeto lo que haga todo el mundo con su vida en cuanto a las tradiciones y a cómo y con quién usen su cuerpo, porque no son cosas de mi incumbencia, pero hay cosas que nunca jamás entenderé y por eso también pido respeto por mi opinión.
Hasta el año pasado, por lo visto, en Holanda se podía llevar burka. Todos “sabemos” por el telediario que el burka fue un arma de opresión enorme sobre la mujer, y blablabla. Bien, estaba impuesto por un régimen ultraconservador y para colmo de males para el Occidente post-11-S, islámico. Resulta que en Holanda el burka no se puede llevar porque así no se puede controlar a la gente, y con esto del Gran Hermano, pues no se sabe quién va detrás de la máscara, y se debe saber (esto del burka tenía una ventaja, nadie sabía lo que hacías, supongo, lo vi en una de esas pelis que a mí me gustan, afgana en versión original).
En el país más avanzado del mundo, en el que en época de exámenes de las tres máquinas de café que hay en la biblioteca de la Universidad no funciona ninguna, y menos mal, porque cuando funcionan queman facultades de Arquitectura con archivos históricos e incunables dentro, hay mujeres que llevaban burka por decisión propia (no me lo termino de creer, lo siento). Y ahora ya no pueden, claro, y es digno de ver cómo estas señoras que antes supongo que irían con burka ahora van con un chador o con la cosa ésa que llevan en Indonesia y por ahí (lo digo porque me viene a la cabeza una mujer que vive relativamente cerca de mi casa y que es como Indonesia, y que es la mujer más guapa que he visto en mi vida, y tiene cara como de indonesa) van con la bici y no se caen sin ser capaces de mover las manos casi de manera independiente de los pies.
Esto me viene a la cabeza porque acabo de ver a una chica rezando en la universidad encima de un periódico a falta de la alfombra de turno, perdón por no saber cómo se llama, siento mi incultura, seguro que mi amiga la RAE me lo comenta y lo solucionamos todos. Supongo que suele pasar en universidades así de grandes, que a veces la gente no es muy cristiana porque es cualquier otra cosa. Pero aún así, yo es que soy fácil de sorprender, y me sorprende que la gente sea tan creyente.
Resulta que en Delft hay una fraternidad cristiana, igual que la asociación de mi escuela donde hay una capilla, bastante bonita, por cierto, pero que en mi opinión sobra en una universidad pública de un país constitucionalmente laico. La gente joven en Holanda resulta que es bastante creyente, sin llegar a rezar a las horas que dice el muecín mirando a La Meca, pero en España no lo somos y por eso me sorprende (aunque creo que es porque nos lo metieron en vena durante 40 años y después de un extremo siempre se va al otro).
Creo que cualquiera que me conozca sabe la opinión que yo tengo de la capilla de la escuela, y cualquiera que conozca a alguien de mi escuela sabe cuál es la opinión generalizada de los estudiantes. Aquí, el país más avanzado del mundo, tienen lo mismo y alguna gente también se asombra demasiado.
Además, volviendo a lo de la libertad de las señoras de turno para llevar burka, sobre si es por decisión propia o impuesta, lo siento pero no creo que lo llevaran porque quisieran, igual que no creo que algunas prostitutas guapísimas que hay en el Barrio Rojo de Amsterdam sean prostitutas por decisión propia. Con la cara de chicas del Este de Europa que tienen.
¿Realmente es libre y avanzado este país? ¿Realmente hace la gente lo que quiere con su cuerpo y su cabeza? ¿O hay cosas que nunca cambian como ciertos tipos de opresión y de maltrato?
Y, por supuesto, a pesar de mi no feminismo, siempre es hacia la mujer (que en ocasiones no se levanta contra el opresor).

viernes, 20 de marzo de 2009

Pijez

Venga va, le voy a dar la razón a mi novio, pero espero que no se me confíe porque no va a pasar muchas más veces.
Yo soy muy quejica, pero mucho mucho. Y me quejo de los gilip….. de DUWO, que es la empresa/fundación “sin ánimo de lucro” que alquila las casas a los Eramus y otras personas por La Haya, Delft y demás lugares de Holanda. Para empezar a quejarme de semejantes gañanes, he de comentar que vivo lejos del centro y de la universidad, en una casa que aunque me coma la mierda, ya no me quejo porque me he acostumbrado a que mis compañeros de piso no frieguen y no recojan las cosas que cocinan y no sepan que si usas un tupper, otra persona puede usar la cacerola para hacerse su comida.
Puedo vivir con eso. Y también puedo vivir con mi moqueta de hace mil doscientos años y puedo apañarme con mi habitación “amueblada” antes de la existencia de Ik… Confieso que cuando llegué a mi casa se me cayó el alma a los pies.
Pero no voy a poder vivir con lo que me ha pasado hoy.
Resulta que debo de ser la única Erasmus que no engorda, y esto está bien. Pero también debo de ser la única Erasmus que se hace pija, lo confieso, y eso está maaaaaaaaal. Pues sí, ¿qué pasa? Si no te gusta, no mires (acabo de cruzarme con una choni del programa Athens que ha dicho: “¡Ay! ¡Qué chaqueta más fea!”. Mi chaqueta de Cu…... Ha muerto de una mirada, por pensar que en Delft ella es la única española). Porque he dejado de maquillarme, de llevar tacones, de arreglarme, de llevar bolsos sobaqueras, porque en Holanda vas en bici y las cosas son prácticas y cómodas. Y por eso ahora la pijez me da por otros lados: las expresiones (qué guaaaaaaay, es una pena que mis amigas de Delft no me lean). Y claro, he tenido que dejar mi ropa pija y comprarme mucha ropa más arrastrada.
El otro día llegué de compras, ordené mi armario, y esta mañana cuando me he levantado, lo he abierto, y como había sacado un montón de cosas, he dicho: “¡Jolines! ¡No tengo ropa!”. Y un amigo que ha venido a verme y estaba durmiendo en el suelo, me ha tirado la almohada por petarda, en plan: “¡¡Repija!!”.
Y el karma, por haberme ido de compras, me la ha vuelto a devolver. Y me ha roto el armario, por sobrepeso. Se ha roto la barra…
Armarios de la época pre-Ik…... DUWO: ¡Cómo os odio ahora! Además de que a mí no me dieron nada nuevo, ni mantas, ni almohada, ni nada, y a todos mis amigos les dio todo nuevo. Me tuve que comprar hasta el nórdico porque parecía que habían meado en el viejo. Y ahora… Me tengo que comprar un armario nuevo. Por quejarme de que no tengo ropa. Pero ésta DUWO me la paga, como que me llamo Laura.
Por cierto, mi amigo se sigue riendo.

domingo, 8 de marzo de 2009

Y salió el sol

Así, como quien no quiere la cosa, el sol vuelve a salir de entre las nubes. A las siete de la tarde todavía hay un poco de luz. Esto no significa que caliente, el sol hereje no creo que lo haga nunca, pero es un gusto ver la luz del sol por fin... Ese sol que creo que no veo desde Navidad, porque cuando estuve en Madrid estuvo nevando (y en Delft tengo entendido que hizo bueno, soy así de gafe).
A mí la primavera todo hay que decirlo, me da un poco de depresión. Creo que es porque se acerca mi cumpleaños, y a mí esto me viene creando una crisis desde que cumplí los 17 (así de temprana soy yo), y este año es el último que me queda más cerca de los 20 que de los 30, y todos sabemos que a partir de ahí, todo va para abajo. Sí, las chicas bajan desde los 18, pero majos, todos sabemos que yo no lo hice, porque si no sería un callo malayo (con todo mi respeto por los callos de las personas de Malasia que me puedan llegar a leer, supongo que dolerán como todos los demás, y con esa humedad...¡puff!).
La verdad es que creo que ya lo he comentado en otro post, pero el sol lo echo de menos bastante poco. A veces me enfada que llueva, porque siempre me pilla saliendo de donde esté. Pero lo llevo bastante bien. Sin embargo, hoy, con el sol que hace, me he dado cuenta de que hacía bastante que no lo veía. Y esto me hace feliz, saber que si saco la cabeza por la ventana de la cocina, en un rato me pongo cangrejo.
Y si sale el sol unos cuantos días seguidos, dejaré de tener un color enfermizo blancuzco, que mis amigas noruegas están más morenas que yo.
Y si sigue saliendo el sol, va a estar todo precioso, porque han plantado lo que creo que son tulipanes por todas partes, y creo que en unas dos semanas va a ser impresionante.
Lo mejor de que salga el sol es que por fin las temperaturas no son asesinas. Para mis próximas visitas tengo un aviso. Hace frío. ¿Cuánto frío? Pues vereis, mucho. El otro día vi en tuenti unas fotos de unas chicas de la escuela en el día de la sidra, y estaban sin abrigo. Bien. Aquí eso no es posible. Y es marzo. Hace tanto frío ahora como en Madrid en enero bajo una borrasca de viento siberiano. No me había dado cuenta de esto, pero es así. Las temperaturas bajaron tan poco a poco, pero de manera constante, que no me di cuenta de que hacía de máxima 2ºC o algo así. Ahora andamos por los 10, y hace sol.
Y eso me hace feliz.

martes, 3 de marzo de 2009

Las cajeras y las cajas

Todos sabemos el estereotipo que hay de las cajeras: esas muchachas con piercings por toda la cara, teñidas de rubio y que nunca acabaron la ESO. Menospreciamos su trabajo pensando que hasta un tonto podría hacerlo, y muchos universitarios las miran por encima del hombro, cuando hay algunas que sí que van a la Universidad, y yo incluso tenía una amiga que ahora es ingeniera informática de curso por año que trabajó de cajera un par de veranos. Pero eso no quita que se las siga infravalorando por el grueso de los universitarios. Esto para mí ha cambiado ya. Ya nunca las miraré mal, porque he comprendido lo difícil de su labor para con la sociedad.
Resulta que en Delft hay un supermercado llamado C1…, del que ya he hablado un par de veces. El que está al lado de mi casa es pequeño y no da para muchas florituras, pero el que hay en el centro es enorme y tiene unas cajas impresionantes. Un día fui y me quedé maravillada con la eficiencia de dichas cajas, porque son como sigue: es como un túnel por el que tú metes tu compra, pasándola artículo a artículo por el lector de códigos de barras. Y una amiga mía y yo fuimos al supermercado y pensamos: si lo puede hacer una choni de 16 años que jamás acabará la ESO, nosotras, ingenieras por una Universidad de “prestigio” con un Erasmus en otra Universidad de prestigio, también podemos hacerlo. Pues no, nos costó sudor y lágrimas manejar esa máquina infernal. La máquina infernal es muy sensible, y ni nos dejó pasar dos bolsas pegadas, así que tuvimos que pagar las dos. La máquina infernal no creo que te deje robar ni una uva. Y además la máquina infernal no sabe hablar más idiomas que el de las jotas.
Cuando por fin conseguimos pagar con nuestra intuición para el holandés, casi no nos deja la máquina infernal salir del supermercado, porque al hacer la compra te da otro código de barras para poder salir por la puerta.
Montamos ahí la amiga y yo un espectáculo muy rico, y la gente nos miraba raro, porque además íbamos quejándonos y los holandeses ven el español un idioma muy divertido de lo rápido que es. Y mi amiga y yo hablamos mucho más rápido que la media.
A pesar de todo, y aunque no creo que semejantes aparatos funcionaran en un país donde la picaresca es el deporte nacional, me parece que son enormes, porque no se tarda nada en hacer la compra así, si sabes manejar la máquina y el idioma en el que habla. Así no hay quejas de lo petarda que es la cajera, si tardas, la petarda eres tú, y se acabó la historia.

domingo, 1 de marzo de 2009

Karma killer

El karma está haciendo de las suyas conmigo. Lo ha decidido y no se puede cambiar. Después de pagar cuarenta euritos del ala por una rueda nueva, y cuando llego a casa y me dice un compañero de piso: "¿Por qué no le pusiste la rueda de la bici vieja?"; la verdad es que me dieron un poco de ganas de matar a alguien. Y eso que era la rueda de alante, porque la de atrás es una pasta que no veas, es lo que tienen los piñones y el sistema de frenado que me encantaría saber cómo funciona.
Desde aquí hago un llamamiento. No creo, porque no soy tan egocéntrica como mucha gente piensa, que me lea demasiada gente, que por no leerme no me lee ni mi querido novio. Pero si alguien sabe cómo funcionan esos frenos, por favor contádmelo, porque llevo seis meses en Holanda y aún no lo he descubierto. Pensaba que los dientes del piñón eran como de no retroceso, o como quiera que sea el nombre apropiado para ello, pero son dientes normales, y lo he comprobado llenándome la mano de grasa. Y podría desmontar la cadena a ver qué le encuentro raro, pero con lo torpe que soy seguro que después no me apaño para montarla de nuevo, y la bici me costó una pasta. No debe ser de una ingeniería avanzada de una civilización superior, porque las bicis las montan en un taller de trabajo para discapacitados. Voy a hacer una excepción a mi costumbre de no poner marcas ni nada, y voy a decir a dónde teneis que ir a comprar las bicis si quereis venir a Delft. En Breakfit las bicis funcionan genial, y no son tan buenas como para que al día siguiente ya no estén aparcadas donde la habíais dejado.
Yo voy a volver a mi karma. Mi karma el otro día hace que casi muera otra vez, que casi me caigo por la borda de un barco. Es lo que tienen las fiestas en barcos. Y es lo que tiene que esté cierta persona cerca de fiesta, que me pareció una fiesta genial, y volvería mil veces porque me lo pasé fenomenal, pero cada vez que estoy de fiesta y esta persona está cerca yo me caigo. Si acaso me lees, me encantó tu fiesta, pero me gustó mucho más que no me vieras caerme (otra vez). Y además el viernes encima me dolía bastante la espalda de dormir en una mala postura, supongo, pero me venía el dolor por el trapecio, y el año pasado que me pasó lo mismo hasta me mareaba.
A ver, ¿qué le he hecho yo al Universo? Dios, mira que no creo que te preocupes por mí, porque hay cosas mucho más importantes que hacer, como que las leyes de la física se sigan cumpliendo, pero macho, llevas unos días... Me rompes la bici, me pones un 4.9 en una asignatura que ya era la tercera vez que hacía, y es de cuarto, casi me tiras por la borda de un barco. A ver si empiezo a levantar cabeza un poco porque no puedes tener tanta fijación conmigo. Además, vale, hago algunas cosas que no están bien, pero los demás también y con ellos no te ensañas. Y bueno, ¿está mal salir de fiesta? ¿Está mal desear el "no bien" a alguna gente que me hace daño? Pues debe ser que sí, con lo buena que yo me creía...
Así que voy a cambiar de vida, voy a hacerme una persona de bien, trabajadora, que hay días que no hago ni el huevo; y voy a dejar de salir entre semana tanto. Que esta semana ya no he ido al bar de los cacahuetes, porque además me acordé del pequeño desliz que tuve hablando inglés cuando quería decir cacahuetes y dije pene, y todo el mundo se rió de mí y tardé un rato en darme cuenta de la burrada que había dicho. Y mañana me voy al gimnasio después de dos semanas de constipado.
Es lo que tiene, empieza marzo. Y con él, hay que renovar los votos y las propuestas de Año Nuevo, ¡ya casi es primavera!