Igualico que en casa (España y Etsii)

Si hay algo que me fascina de los holandeses, eso es la manera que tienen de implicarse en las cosas y que, al menos, muestran mucho interés en lo que hacen. Todos sabemos (bueno, todos menos mi compañera de la ETSII) que ha habido elecciones en Irán y que Ahmadineyad ha vuelto a ganar por extraños motivos, pero parece que no son tan extraños como la victoria de la extrema derecha en Holanda.
Bueno, yo la verdad aquí sí que no tengo ni voz ni voto, ni nada, pero esta toda la universidad revolucionada sobre ello, están empapelando todo de flyers para ir a una manifestación en La Haya, se concentran y todos los iraníes van vestidos de verde. Es bastante impresionante, porque hay muchos iraníes… Y no solo son los iraníes. Son los holandeses también, que se movilizan simplemente por solidaridad. Porque vale que te apuntes a un bombardeo, pero es que estamos de exámenes y en esta universidad se trabaja y se estudia un montón.
De la marea verde, por supuesto, no me había dado cuenta hasta esta semana, porque las elecciones fueron el domingo, pero ya tienen todos la camiseta con el pregonado “Where is my/their vote?”. Habría asumido que pasaría esto si me hubiera dado cuenta antes de cuantos iraníes hay, porque también había bastante movilización en las elecciones estudiantiles (dónde, por cierto, estaba metida la única iraní con la que yo hablo con frecuencia).
Eso sí que fue una locura. Hay dos partidos, donde muy claramente hay uno de derechas, donde están los empollones, que quieren una universidad para estudiar e investigar; y el partido de izquierdas, que quiere una universidad con actividades extraescolares para que la gente se lo pase bien, por mucho que estudie (donde está la iraní), y a este partido pertenece la gente más guay que hace deporte y donde los chicos no tienen el culo gordo, que es lo peor que le puede pasar a un hombre. Los dos partidos deben de tener bastante dinero, porque hay merchandising por todas partes y de todos los colores (aunque el rojo aquí es de “derechas”) y tienen páginas web con dominio .nl. Ellos, que son así de guays. La gente de los partidos se dedica a pedir votos como los concejales de los pueblos pequeños, yendo casa por casa a ver si los que viven ahí les votan. Muy fuerte. A la hora de la cena se pasaron por la casa de casi todas las personas que yo conozco, a ver qué caía. Hubo debates electorales, y tenían un programa tan claro y tan conciso y tan real, que ya lo quisieran muchos partidos serios españoles para sí.
Yo lo comparo con lo que se hace en mi escuela… Delegación de alumnos existe, y se lo toman considerablemente en serio, pero yo el año pasado fui elegida subdelegada, porque todos decidimos votar al mismo compañero de clase para tocarle las narices, y él me votó a mí, con mi consiguiente cabreo por la poca voluntad de asumir la responsabilidad de firmar el acta de las encuestas que pasan al final del cuatrimestre sobre el profesor de cada asignatura. Como para tener que organizar una fiesta como la que hay esta semana…
Esta es otra historia de Delft que es muy grande. Por lo visto, que alguien me corrija si me equivoco, en mi escuela no nos dejaban hacer fiesta porque los vecinos se quejaban del ruido. La fiesta que era hasta las nueve de la noche… El ruido… era música tocada por cuatro colegas de un tipo de Delegación de Alumnos. Y la gente de Delegación de Alumnos (como todos los demás, incluidos algunos profesores) se pillaba una moña considerable. Este fin de semana hay una fiesta a la que cuesta entrar 13 euros, y en la que tocan grupos famosos. Para los holandeses, pero famosos al fin y al cabo. No va a venir U2 (Tú también). Vamos, igualito que San Cemento el año pasado. Y con el hospital mucho más lejos.
A veces la diferencia es abismal entre España y Holanda, y aunque yo siga siendo una pasota, me encanta que tanta gente aquí no lo sea y se implique tanto.