El otro día decía una amiga noruega que tenemos que quedar en un par de años en Delft otra vez, porque aunque ya lo conozcamos todo, es where we belong.
Y es cierto, que Delft es el sitio al que me une el lazo más estrecho que te puede unir a un sitio que no sea tu ciudad (o tu pueblo), pero en el fondo, where I belong es Villalba. Mira que me quejo, que es un pueblo feo con avaricia, pero se le echa de menos.
Vine el lunes, a ver si esta vez sí que apruebo mi asignatura amada, y es un gusto reencontrarse con los amigos de siempre, aunque sea un rato porque esta es la visita más exprés de la historia de la humanidad. Y llegar a la piscina, y tener que cortarse el pelo porque no lo aguantas del calor. Y además ver cómo todos tus amigos son negros menos tú, porque en Holanda, pues como que no hay de esto que se llama Sol.
Ayer no solo fuimos al nuevo sitio de siempre (que yo ya lo conocía), sino que estuve con la gente de siempre hablando de cosas de siempre. Y me gustó tanto reencontrarme con la realidad... Aunque a veces me dé la sensación de que me he quedado un poquito fuera desde que estoy en Holanda. Pero estar en Madrid es una sensación de vuelta al hogar tan grande, tan bonita, y tan de pertenencia, que cualquier aprensión que se pueda tener se desvanece y se diluye con el sentimiento de felicidad.
Ayer además perdí el autobus, y me tuve que pasear por Villalba, que es como Delft de grande, y vi la diferencia entre los dos sitios, y por qué yo soy de Villalba y en el fondo, me gusta la "chonez" que crea en mí, aunque reniegue. Es mi sitio, con mi plaza y mis bares, y mis calles, y mis conocidos de vista de toda la vida. Y aquí he vivid0o feliz y he pasado una adolescencia normal y una primera juventud normal (creo que la primera juventud se acaba con la universidad, y estoy muy cerca).
Lo mejor de España, cuando llevas tanto tiempo sin venir (cinco meses) es el olor. España huele a mí, y yo huelo a España, y me hace sentir en casa.
miércoles, 24 de junio de 2009
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2 comentarios:
el final me ha matado...madrid huele a coches, a contaminación y a gente sudada que para eso tienen ese Sol a 40º que nos recuerdan a loe menos favorecidos por este. es algo que solo los madrileños podemos llevar en el corazón, porq el amor no puede ser más ciego
Noo, no lo digo por Madrid, lo digo por Villalba, mi casa huele a campo. A campo seco, pero campo.
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