lunes, 13 de abril de 2009

Norwegian wood and Dutch experiences

Pues bien, como prometí, tengo que ponerme un poco pedante.
El otro día cometí el error de comprarme un libro. Es un error un poco relativo, porque habrá quién piense que no es un error en absoluto. Bueno, cuando estás leyendo otro que te has dejado en casa, cuando no tienes tiempo y encima se te olvidan las gafas en el laboratorio para un puente que hay en este país en todo el año, cuando está el libro traducido al inglés, a veces suena un poco snob. Pero es un libro que me ha marcado ya desde la primera página.
Holanda es un país increíblemente húmedo, como ya he dejado entrever un par de veces. Pero cuando no llueve la humedad hace paisajes impresionantes. Y aquí viene la historia de mi libro.
Iba yo en el tren hacia Schiphol, para volar a Alemania (sitio al que fui en una compañía aérea de verdad, en un asiento que parecía clase Business, porque el dinero está para gastarlo, aunque sea el de mi padre), y me asomo a la ventana a las 7 de la mañana y veo un paisaje alucinante, con un sol tan inclinado sobre el plano del horizonte que estaba rojo, y en Holanda puede estar así durante una hora sin problemas para mirarlo directamente (y otra hora mientras anochece). Y pasaba el tren por los campos de flores que aún no habían salido, y se evaporaba el agua de los canales quedando un paisaje verde y fantasmagórico espectacular y de una belleza inmensa.
Llego al aeropuerto y compro, por pasar el tiempo y por si al final en el avión no me dan de desayunar, Norwegian Wood, de Murakami. Y el libro empieza contando que un japonés vuela y llega a Alemania, y el paisaje, surcado de canales con niebla sobre ellos es como el de una mañana holandesa. Y entonces llaman para embarcar y cuando levanto la vista pasa un japonés como de sesenta años por delante de mí.
Y sentí que hay cosas que siempre estarán relacionadas con experiencias y con lugares que vives.
Porque además el domingo pasado compré el semanal de determinado periódico, el único periódico que se puede comprar en español en casi todos los quioscos que yo he visto a lo largo de mi vida, y la entrevista de todas las semanas era precisamente a Murakami.
Y he ahí el libro de mi visita a Alemania y de mi experiencia holandesa.
Soy una persona que relaciona olores, sabores, canciones y libros con experiencias y viajes. Y la canción del Erasmus es Infinity, de Guru Josh Project (y disco Pablo Honey de Radiohead), es lo que tiene salir tres días a la semana o así. Y el sabor es de los stroopwaffels. Y el olor es la ausencia de olor cuando llueve (siempre está la tierra mojada).
Así que si desde aquí tengo que recomendar un libro, Norwegian Wood (he visto en internet que en español se llama Norwegian Wood/Tokio blues) es muy bueno.
Por cierto, ayer pasé por los campos de flores, y el paisaje de las postales es real. Y alucinante. Pero desde el tren no se pueden hacer buenas fotos porque Holanda es tan plana que a mí, que vivo en la punta de la montaña, me parece increíble.

1 comentario:

--pab7oAB-- dijo...

mmmm pues yo q pensaba q (solo) era una canción de los beatles cuyo significado tiene diversas teorías, como muchas otras canciones de esta gente

sí, el día que me fui de allí había niebla suficiente para hacer un tempus fugit y aparecer en chile...

ya m dejarás el libro, será dificil superar en ralladura mental al de eduardo punset!

bsetes!