Mientras a mí me queda aquí ni se sabe cuánto tiempo, mis amigos ya empiezan a pensar en cuando marcharse y que día comprarse el billete para volver a casa. Y yo en Holanda. A ver, he decidido afrontar la situación con madurez, que para eso voy a hacer 24 años. ¿Qué voy a hacer este verano? Pues trabajar, básicamente, pero voy a ser optimista: espero ir a la playa, y espero recibir más visitas. Otra cosa que estará bien es que ahora con el proyecto tengo los fines de semana libres, y esto es una cosa que creo que dejé de tener cuando empecé la ESO. Todo el fin de semana para salir, dormir… Se acabó hacer el amago de estudiar con la resaca. Y ahora, si hace bueno, como espero que haga este fin de semana, pretendo salir a tomar el sol. O a ver las flores en Keukenhof
Por cierto, y hablando de esto, mira que yo de blanca blanquísima estoy muy guapa (y sí, tengo abuela, pero con esto de que en Delft no se me acerca ni Perry, y mira que no hay chicas, me lo digo yo sola que ella está muy lejos), pero los días que hice turismo por Rotterdam y por Ámsterdam con mi última visita el sol me dio en la cara y ya no parezco una enferma terminal.
Y lo mejor de quedarme en Holanda cuando todos se vayan va a ser que no voy a sufrir los 40 grados que caen en Madrid.
Me parece que esto es como cuando una amiga y yo le decíamos a otra que se iba a las Maldivas que qué engorro, todo lleno de arena, con lo bien que se estaba en Villalba.
A lo mejor no cuela mucho.
No, en serio, me encanta estar aquí, lo digo de verdad, me encanta la independencia y vivir cerca de todos sitios, a pesar de vivir fuera del centro, salir, entrar y no dar cuentas a nadie de lo que hago y lo que hago de hacer, comer cuando y lo que me da la gana... Lo malo será cuando casi todos mis amigos se vayan. Soy Erasmus, y la buena vida se acaba cuando se acaba la beca: el 1 de Julio (gracias, UPM). Es solo que se acerca el final.
martes, 21 de abril de 2009
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