viernes, 8 de mayo de 2009

El tiempo es relativo

He entendido la realidad del tiempo europeo. En todos los significados de tiempo. Después de comprender que a las 6 se acaba todo, de que las cosas están tan muertas en Delft que a las 9 de la noche que los semáforos se apagan, porque el prime time de la tele es a las 8 de la tarde para que te vayas a dormir a una hora normal, no como en España, donde las pelis empiezan a las 11 y nunca acabas de verlas y además así te vas a dormir con la digestión hecha, me he acostumbrado a todo. Aunque lo m’as duro fue el mes de Septiembre, cuando una semana parecía un mes, y cuando llevaba un mes parecía que llevaba aquí toda la vida.
Pero el tiempo meteorológico es una cosa que me mata. A ver, el día de la Reina me hizo tener moreno agroman, y ahora hace frío. Vale, ha pasado una semana, ¡pero es mayo! Y ayer me llamó mi hermano para preguntar que si se trae el bañador la semana que viene. Pero esta mañana (o “anoche” cuando me acosté, a las 5.30 era de día) hacía sol. Anoche el cielo estaba despejado. Ahora llueve. De aquí a que salga de mi cubículo hará sol, espero. Mañana saldré con abrigo a la calle y sudaré. Y por la tarde me lo dejaré en casa y me resfriaré. ¿Qué clase de pronóstico es este?
Pues uno que no se moja, no como yo, pero acierta. Hace sol, nubes y lluvia. Todo a la vez y de manera impredecible. ¿Por qué no sale el sol y se queda? ¿Por qué no llueve y punto, todo el día con chubasquero-basurero? Noooo, que sino no tiene gracia.
Por cierto, y hablando de sol: ayer me iluminaba la pantalla del ordenador y no veía nada, y no bajaron la persiana de las narices. Hoy está oscuro como el furgón, y la persiana abajo…

No hay comentarios: