Pues resulta que no solo me fui a la playa el sábado, sino que además el domingo me fui a ver los dos museos mas importantes de Ámsterdam: el Van Gogh, caro, lleno de gente, con colas enormes y bastante mal organizado, y el Rijksmuseum, un poco menos caro en total, pero mucho más relativamente, bastante mediocre y enano. Entre los dos museos suman como 5 cuadros dignos de pararse un rato a verlos. Pero con 25 personas delante, en una sala enana, con lo grandes que son los dos edificios, mira, Google Images y a correr, porque no me voy a pegar con 10 japoneses (aunque a estos les gano una pelea pero ya) ni con 10 americanas tochas y chonis, ni con 5 españoles/italianos que en realidad van a Ámsterdam a fumar. Como muchos de los que esto leéis, que aquí que tire la primera piedra el que esté libre de THC… ¿Sabéis que se queda en la sangre como seis meses?
El caso: que sí, que Rembrandt es impresionante, que Van Gogh hacía joyas, y que Cézanne, que también estaba en el Van Gogh también, pero no merece la pena pagar tanto. Para eso, te vas al Mauritshuis, que a mí particularmente me gustó más, estaba en español, había poca gente, y costaba un tercio menos. Y mucho más cerca de mi casa.
Lo que pasa es que a ver, el Prado, 4.5 euros, te puedes tirar días ahí dentro; Rijksmuseum, 12 salas como mi cuarto de grandes (15 metros cuadrados el de Madrid, es grande pero sin fliparnos), por el módico precio de 11 euros. Mira… No vuelvo nunca más.
Pero pasearme entre los guiris, que es una cosa que no hacía desde hace bastante tiempo, por esto de mandar a mis visitas a pasear solas y a hacer cosas fuera de la guía, me ha hecho abrir los ojos a un hecho irrefutable de la condición holandesa. Los holandeses son guapos. Muy guapos. Las holandesas tienen unas piernas que no sé cómo se atreven a salir de casa, para hacerme sentir mal a mí, que con mi metro setenta largo de estatura, sus piernas me llegan casi por el pecho. Y guapas. Pero horteras… Un rato no, años.
La madre del cordero, ¿cómo se puede vestir tan mal sin que te duelan los ojos al mirarte en el espejo? Vale, el día que se me vieron todas las bragas en la bici porque me vino el viento y casi me caigo porque no podía ni ver entendí por qué llevan leggings hasta con falda larga. El día que el viento se me metía entre la sandalia y el pie, comprendí que los calcetines no están mal… ¡Pero solo cuando vas en bici! Eso sí, yo he optado por llevar zapatillas.
Pero a ver podría tirarme horas comentando cosas horribles que he visto por la calle, aunque solo voy a relatar algunas.
Yo me preguntaba: ¿hay algo peor que los calcetines blancos? Y la respuesta es sí. Todo lo que voy a comentar aquí es real, y lo he visto en Delft, en La Haya o en Ámsterdam de hace dos semanas para acá:
- De menos malo a horrible. Los calcetines blancos con sandalias. Los calcetines blancos con la puntera de otro color. Los calcetines blancos con la puntera de otro color con sandalias. Las medias blancas como de futbol sin botas de futbol ni equipación de futbol. Las medias blancas como de futbol con sandalias. Los calcetines/las medias blancas como de futbol con chanclas. Por lo menos no eran de dedo… Casi me muero cuando lo veo.
- Los pinkis. ¿Qué son los pinkis? Son unos calcetines de color carne que se ponen las abuelas para que no les rocen los zapatos. En realidad son útiles, y no se ven. Eso sí, son al erotismo lo mismo que los sujetadores-faja de color carne. Bien, pues esta gente no solo usa pinkis hasta con deportivas, si no que los tienen de colores (a ver, que se trata de que no se vea) y lo que es más: ¡se los sacan hacia fuera como si quedara bonito ver una masa informe dentro del zapato!
- Las combinaciones de ropa: cuadros+rayas, estampados hawaianos+rayas/cuadros/otro estampado/cualquier cosa fuera de Hawai, rosa fucsia+amarillo, rayas+flores… Para sacarse los ojos. Y todo de colores cantosos y llamativos, ¡como si fuera verano!
- Los zapatos de sevillanas vestidos con gente que no sabe que en Barcelona la gente no baila sevillanas por la calle.
Lo malo no es que pudiera seguir, que seguiría, sino que tú, por osmosis, te conviertes en uno de ellos, y empiezas a ir con colores estrambóticos y estampados horribles que nunca, nunca, te habrías puesto en Madrid. Y ahí entra mi amigo Jesús que cada vez que subo una foto al facebook se quiere hacer el harakiri con mis modelitos. No es por ser flipada, pero antes yo vestía bien, y mi novio me dijo que Holanda tenía sobre mí un efecto horrible. También he de decir a mi favor que no tengo calcetines blancos, que no llevo sandalias con calcetines de ningún color, y que vivo en un pueblo donde ahora no me conoce casi nadie. Y además, cuando vuelvo a Madrid, me dejo la mochila en Delft. Este país me está matando. Menos mal que no engordo como todo el mundo pronosticó.
4 comentarios:
Hola Laura! Empecé a leer tu blog porque este año me voy a hacer un erasmus a Delft, y quería preguntarte un par de cosillas, a ver si me puedes ayudar.
Mi principal problema ahora mismo es el alojamiento... Porque pedi que me dieran alguna de las dos resis del DUWO, pero me dieron un estudio la ostia de caro y para mi solo, asi que quería mirar piso para compartir por mi cuenta. Tu como conseguiste? Te dejo mi correo, a ver si me puedes decir ;) Muchas gracias, voy a seguir leyendo!
hernandeh@gmail.com
ey lau! admitirlo es lo primero, jeje, y no te salvas para nada, que ahí están tus sandalias romanas blancas con tiras de colores metálicos!ajjajajajaja
pero sí es cierto q los holandeses son lo más hortera q mis ojos han tenido la desgracia de conocer..
pd: déjate/olvídate el jersey del estampado horrible a colores fosforitos vale? :P
hija mía, cómo nos extrañamos los españolitos que vamos a vivir a las patrias europeas norteñas...yo te vi con tu vestido del año pasao del promod (creo) muuy mona. y no, no has engordao, me alegro mucho por ti. Sigue así, tienes todo mi apoyo (yo no lo conseguí, el pan de especias me pudo)
muakssss
jajaj, digamos que en este año has tenido un estilo mas "arriesgado"
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