sábado, 21 de noviembre de 2009

Proyectos

Prometí, no sé si aquí, o simplemente a mí misma, contar todo cuanto pasó sobre el proyecto. Ahora que ya lo he presentado, y se me ha pasado el resto de resaca que pudo dejar en mí beber desde las 11 de la mañana un jueves, puedo contarlo.
Sé que estoy apta, así que ya soy Señora Ingeniera Industrial, y todo lo que haya ocurrido no importa ya, el fin justifica los medios, supongo. Y por eso es hora de contarlo.
Todo el mundo que haya estado alguna vez en Holanda, o que haya tratado con un holandés (y puedo ampliar a alemán, escandinavo y blablabla), sabe que son seres de mente cuadriculada y cerrada. Bien. Y todo aquél que hable inglés bien, se da cuenta de que, a pesar de la fama que tienen los colegas, algunos cojean en inglés que mi hermano no tiene nada que envidiarles. A ver, el que peor habla, habla mejor que la media española, y solo he dado con dos o tres personas en un año que no hablaban en absoluto, entre ellas la china de la cafetería del 3mE. En el selecto grupo de gente holandesa que no habla bien inglés, se encuentra mi tutor del proyecto, del cual evitaré decir su nombre, y también el de su departamento. Pero dio lugar a equívocos. Los profesores son eminencias, y saben de lo suyo más que la propia naturaleza. Y el tío que sabe de corrosión, sabe más de corrosión que los aniones que se van a comer el barco que estés diseñando (momento friki). Pero algunos no se han adaptado a la nueva situación de las universidades europeas: programas BEST, Athens, Erasmus y otros parecidos. Y como piensan que los extranjeros somos gente que se pasa por Holanda desde sus países tercermundistas y que todos somos iguales, pues te tratan como tal. En Delft hay muchos estudiantes extranjeros que hacen un master entero, y como tales, se les trata como a los holandeses. Excepto porque, por ejemplo, los profesores que no hablan inglés bien, se creen que lo hablan mejor que tú, porque tú eres española y cuando estuvieron en Torremolinos las pasaron putas para pedir una cerveza.
Éste es el inicio de mi historia. Con este panorama, aún desconocido para mí, me fui a pedir proyecto. Mi error fue no buscar demasiado, la verdad. Y me encontré con un señor que me ofreció una cosa interesante, que me vendió la moto muy bien, y me tuvo 10 meses puliendo probetas. El señor pensaba que yo era master student, y me hacía trabajar como una puta. Y yo pensaba que era natural… Y eso que me trataba como si fuera tonta, porque a ver, es cierto que yo en un laboratorio no me desenvuelvo bien, pero es porque nunca me han enseñado. Y nunca me han enseñado a hacer proyectos, porque esa asignatura es de quinto, yo estaba de erasmus, y en Delft se aprende el primer cuatrimestre de primero. Pero mientras en Delft hacen proyectos, que me parece genial, a mí me han enseñado de todo lo que yo pensaba que nunca usaría. Y por eso que el señor me diga 15 veces: “¿En serio que los momentos flectores se calculan así?. “Sí, saqué un 9.5 en el examen…”, me molesta un poquillo.
El caso es que el tipo pensaba que era tonta, yo pensaba que él me tenía que guiar, él pensaba que yo sabía hacer de todo, y yo pensaba que no sabía hacer nada, y cada día me daba la impresión de ser más inútil y tenía la autoestima más y más baja. Un día yo empecé a escuchar hablar de kick off meetings, y de green lights, y yo nunca tuve de eso ni nadie me lo explicó. Hasta iba llorando a casa todos los días, y me puse enferma. Y un día le dije: a ver, ¿cuándo puedo presentar esto? Y me dijo que para finales de octubre ni de coña. Entonces me dio un ataque, dejé de dormir, dejé de comer, dejé de salir y solo podía llorar. Y me dijo Ángel que Bea estuvo igual el año anterior. Así que fui a hablar con mi tutor, y le dije que yo llevaba cuatro meses de más en Holanda, que no tenía medios económicos, que con el trabajo que había hecho me daba para 25 proyectos en España, que no podía seguir así, y que mi programa no contemplaba tanto trabajo, que por dónde podía cortarlo para poder graduarme en España porque si no lo hacía en noviembre, retrasaba mi vida un año y además tendría que pagar todo quinto de segunda matrícula a la universidad. Y que había antecedentes en TBM. Él me dijo: esto es una tesis, funciona así, no se puede cortar. Yo dije: yo no soy master student, soy erasmus y tengo un procedimiento diferente, y además usted nunca me contó cómo iba a funcionar esto, ¿realmente esto es una tesis? Pero si realmente usted quiere que acabe un trabajo a mediados de noviembre, yo me puedo ir a mi casa, acabo la carrera si usted me da un pase, y luego vuelvo y lo acabo gratis.
De 20 € que cobra un ingeniero industrial por convenio en España, usted se va a ahorrar una pasta, pensé pero no dije.
Es cierto, nunca vi un objetivo claro, nunca vi un plan concreto, nunca comprendí lo que estaba haciendo, porque nunca me lo explicaron. El tipo empezó a decir que eso no podía ser, no podía ser, no podía ser, y no podía ser. Y que había perdido mucho dinero conmigo. Nunca sabrá que pudo haberlo ganado si me hubiera firmado lo que me tenía que firmar y no hizo. También dijo que nunca más cogería un erasmus. Vale.
El caso es que se enfadó como un mono, yo me quedé llorando (lloraba más que respiraba por aquella época), y se fue a hablar con el coordinador de los erasmus, que le dijo: “¿¡Qué hace esta muchacha aquí todavía!? ¡Está todo mal! Ella tiene que hacer un Student Exchange Project, no una tesis, y ha trabajado como dos projects.”
Y entonces el señor me dijo que hiciera un report, y que me fuera a mi casa, que no me quería ver más.
Me vine, entregué el trabajo, y teniendo en cuenta que nadie me ha ayudado a hacer las cosas importantes (vender el resultado al tribunal del PFC), he sacado un 8.5 que es una notaza.

Esto pasó a finales de septiembre, y yo estaba en crisis: no tenía dinero, no iba a encontrar casa, y mi erasmus se estaba convirtiendo en mi peor pesadilla. Pero ahora tengo depresión post erasmus porque mi memoria es increíblemente selectiva, y se acuerda de que lloraba, pero de manera lejana. Solo me acuerdo de lo bueno del erasmus, y de las resacas que me impiden beber ahora. De las lloreras, me acuerdo solo del día que llegué a casa y me dijo el militar que tomaba menta poleo: “Tú lo que necesitas no es llorar, es un abrazo”; yo hice amago de levantarme para que me abrazara, y se fue. Y pensé que los holandeses cada día eran más raros e incomprensibles.

Moraleja: no hagáis el proyecto de erasmus al no ser que os lo expliquen bien, y lo contrastéis con gente que lo esté haciendo.

Y este es el fin de este blog. Espero que os haya gustado y/o ayudado.
Un beso a todos desde Madrid.

lunes, 26 de octubre de 2009

Miss you!

Bueno, pues ya se me ha acabado el erasmus. Y creo que voy a escribir un ñoño post.
I do not think all the english speaking people will read this, because in case they know the blog exists, they will also know it is Spanish. But, in case they would like to check it again, it will be nice if they understand this and get to know how they made me feel too.
  • First of all, I would like to thank my girls in the erasmus life: María, Menchu and Marga. Marga, you arent less important because you left in February. It was just the four of us, and drunken nights would have never been the same without one of us. You four were almost everything for me in the Netherlands
  • Angelito, what am I going to do without you? I'm back to my life, and you are starting a new one now, but still I'll miss wednesday nights in Oude Jan when we promised three hours before we weren't going. And I also owe you so many favors... It was really sad saying goodbye to you, although I'll be visiting you in less than two months!
  • Bea Arias: a ti te escribo en español porque sé que te quejas: gracias por reírte de todo aunque algunas cosas a mí no me hicieran gracia. Terminas por enseñarme el lado cómico de todo. Y además, ¡sin ti no me habría enterado de los cotilleos de la escuela!
  • Boys in Troelstralaan: Miquel, thank you for being one of my top five fans in Facebook, we all are waiting for your visit to the capital of the country you don't feel you belong. One of the best people I met in Delft, Anders: you are such a funny guy! It is very nice we are going to meet every now and then. Tobi I: you left too soon! When I went back to Delft after the exams in February, there was a big hole in the silly room. Tobi II: you were also for a short while in Delft, but it was really nice that you hung around with us instead of staying with the other Norwegian. And for all of you: THANK YOU for so many parties in your place. I missed it a lot during the summer :)
  • Silje, Kaja and Stine: thank you for changing my concept of how Norwegian girls are. No more dull and polite Victorias but funny and cheerful viking drinkers! Girls nights were the best, and we didn't even need to leave boring Delft to have so much fun.
  • Sergio, Bea Donoso: First, I didn't expect to meet people from ETSII from two years ago in Delft, so it was nice to know the previous erasmus generation. Second: thank you for all the support when we had the big problems with the application forms, and with the thesis. Third: and thank you for counting on me in lots of parties.
  • Mònica, Sandra and Rose: well, it is more or less the same as for Sergio and Bea, but for the support related to the Spanish faculty. You were helpful and nice to me, and supported me when I was in my black hole a month ago. Mònica and Rose, I am waiting for you in Madrid.
  • Anton: thank you for teaching me so much English. I think I speak much better when you are around!
  • Giacomo and Dennis: it was nice to meet you and have some mediterranean cultural exchange; we are so close!
  • Boys in Van Hasseltlaan: although the house was pretty dirty when I was around, I got to know so much of the Dutch people. At the beginning I didn't like the idea of living in such a big house, with Dutches! But even now I regret as hell I didn't learn any of you unpronounceable language, it was great living in your house, and now I know the culture much more than any other erasmus in Delft! The only thing I disliked was little Stephen (thinking of him causes me nausea, haha). Special for Eric: parallel lives got us to be friends, hope it lasts forever!
  • Pepe and Jose: we fought together against all odds, and we are engineers (well, Jose and I arent yet, but so close...)!
  • Marlies: my only Dutch girl friend! See you in Madrid, we will keep on drinking together, but sangría instead of Heineken!
  • Boys in Oost-Indiëplaats: you saved my ass at the very last moment, when I was about to live with a Turkish guy aged forty who didn't speak any English. THANK YOU! Despite the guys in Van Hasseltlaan, two months with you raised much more the Dutch girl in me. Pity I am still unable to say ik schijt op jouw mouder well, and I am still tiny compared to you.

Of course, I also want my Spanish friends to know: thank you for having been all the time commenting my stupid things in facebook and here. And thank you for all the support. And thank you for not forgetting me after so much time, and so many changes. And my boyfriend: I still can't believe we made it, guess this means forever.

Summarizing: thank you for having been around in the best year in my life, when I met freedom, when I lived long nights and struggled in the mornings, when I gave birth to my final thesis, and I hope children hurt less. When I suffered for lack of housing, when I didn't mind for a while, when I improved my English and now I can speak as fast as in Spanish, which means I probably wouldn't be able to understand if it were other person speaking. Thank you even for the hangovers, because those mean great nights before.

Oh my gosh, I'm already missing everything so much...

jueves, 22 de octubre de 2009

Te echaré de menos en octubre

Pues casi está aquí: el fin del Erasmus. Mientras miro por mi ventana la estación de Delft, y veo la lluvia caer intermitentemente, y todo huele a calefacción y a invierno y casi a Navidad (la Navidad huele a calefacción, por eso aquí huele a Navidad antes), veo que lo voy a echar tanto, tanto de menos... A mí que la lluvia en Madrid me pone de una mala leche increíble, que no puedo ni pensar en ella sin imaginarme los pies mojados y el pelo como si no me lo hubiera lavado en días, y ya la veo como parte del paisaje urbano.
Por supuesto voy a echar de menos muchas más cosas que vivir en la estación y que los trenes no me despierten a pesar de estar a 50 metros de las vías. Había hecho una lista, y se me queda corta. El otro día me decía Menchu que por lo menos mis amigos ya se han ido. Sí, pero a ver, he hecho más. No voy a estar cuatro meses mirando las pavas sola en mi casa. Que ha habido días que me he quedado en casa mirando las pavas, pero ahora si me quedo en casa me quedo con mi compañero de piso fum**** po**** (mami, yo no fumo, se lo estaba guardando a una amiga). Por fin siento que he llegado a tener amigos holandeses, que me pueden echar un cable si lo necesito. También voy a echar de menos hacer lo que me dé la real gana cuando me dé la real gana, y lo bien que vivo lejos de mami y papi. Que es bastante triste, en palabras del militroncho de mi casa, tener 25 años y vivir con ellos... Lo que pasa es que ahora además afronto muchos cambios: voy a dejar de ser estudiante oficialmente. Tengo pensado estudiar francés en cuanto llegue a España, y apuntarme a la UNED, pero desde luego no es lo mismo. Y también afronto el paro ahora, y es un bajón...
Pero las cosas que más voy a echar de Holanda son:
  • La bici
  • La cerveza buena
  • El rollito acogedor de los bares con velitas
  • La gente alta y guapa por todas partes
  • Los canales
  • El silencio de una ciudad de 100.000 habitantes (flipas)
  • La universidad buena con buenas instalaciones
  • La vidorra que me pego
  • La facilidad para hacer amigos
  • El rollo internacional, aprender cada día una cosa diferente de un país diferente
  • Hablar en inglés
  • Los chicarrones de mi casa de ahora
  • Los chicos de mi casa en Van Hasseltlaan
  • Las chicas españolas
  • Angelito

Hay tanta gente que me ha marcado en este año... He superado muchos prejuicios y he hecho amigos que no me lo creo ni yo (Miquel, va por ti: tú de Gerona, catalán a más no poder; y yo, madrileña por definición, ¿cuándo te vamos a ver por la capital de tu país? Jaja =P). Se supone que el Erasmus depende de la gente con la que des más que el sitio dónde estés. Yo he tenido una suerte inmensa. Por supuesto hay gente que me cae mal, a ver, ¡es mucha gente la que he conocido!, pero todos, de todos he sacado algo en claro, con todos he compartido momentos bonitos y emotivos. Las cenas internacionales con comida de otros sitios, como cuando descubrimos que en Noruega el arroz con leche es un plato principal, fue un shock, los intentos por decir cosas en otros idiomas, salir lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, y tener la cara de decir que algo has comido que te ha sentado mal y por eso el lunes siguiente te quedas en casa. Quedar en Holanda para ver "Sin tetas no hay paraíso", eso es buenísimo. He compartido tanto con tantas personas, detalles que no van a volver, que es mejor que se queden como un bonito recuerdo porque las segundas partes nunca fueron buenas, y no podría ser erasmus otra vez sabiendo que cualquier otro erasmus no le va a llegar ni a la suela de los zapatos a éste que se me acaba.

Me gustaría escribir un ñoñopost, como hicieron Pablo y Marina, pero creo que en vez de hacer llorar a Sandra (y apuesto a que a Jorge también), me haría llorar a mí misma y se me nublaría el texto de delante. Y todavía tengo que irme a la universidad a despedirme de alguna gente, aunque venga en dos meses y los vuelva a ver, y mañana lloraré cuando me monte en el tren camino del aeropuerto, sabiendo que no es un viaje a Madrid, y no solo es un viaje a mi fututo, es un viaje que me aleja del año más importante de mi vida, en el que más he cambiado.

No os lo vais a creer, pero el otro día me dijo el que no es militar de mi casa que debería dedicarme a cocinar, que se me da muy bien. Y acto seguido se comieron los dos chicarrones dos platos de paella cada uno. Lauraendelft aprendió a cocinar. Hay que ver cómo cambian las cosas.

viernes, 16 de octubre de 2009

Mis roommates

Bueno, no es que últimamente me pasen muchas cosas interesantes, a ver, yo estoy de "vacaciones" pero los demás tienen exámenes en seguida...
Sin embargo, a veces la vida sí que te sorprende. Como creo que a estas alturas sabe todo hijo de vecino, me voy de Delft para casi siempre en una semana, y este blog da sus últimos coletazos (don't worry babies, me tendréis un rato más). Por eso ayer organicé una cena para despedirme de mis amigos por aquí. Bueno, pensaba que no iba a venir nadie, y conseguí juntar a unas 15 personas, nada mal pensando en toda la gente que dejé fuera. Vinieron mis amigas de Delft, los chicos de la escuela del año pasado (aquí seguimos tres de cuatro...), y los de mi primera casa y uno de la de ahora. Y estuvo muy bien, me regalaron todo el merchandaising que me quería comprar de la TU Delft, y fui al Lorre por última vez.
Y aparentemente, buah, ¡soy hasta popular! Resulta que, bueno, cuando hice mi cumpleaños en Van Hasseltlaan, elevé el estándar de las fiestas que se pueden hacer allí, ¡todo el mundo hablaba de ello en la fiesta siguiente! Y eso que lo puse como evento secreto en facebook...Y ayer me fui al Lorre, y vaya, hasta parece que algunos holandeses me conocen. Yo a ellos no, los pijos del DSC, los Kappa Pi, a mí me parecen todos iguales, como los chinos: rubios, con camisa de rayas, y medio kilo de gomina que parece que no se han lavado el pelo en una semana.
Y vaya, ayer me dijo uno de la otra casa: wow, has conseguido conocer a holandeses... Sí, aparentemente tengo un físico que ayuda.
Para situar esto, he de decir lo que me vengo callando públicamente desde hace dos meses, porque ellos lo piensan de mí, pues ya lo digo yo y si logran leer esto, bien por ellos. Están muy bien paridos. Hablando en plata. Son de los holandeses más guapos que he visto en todo este tiempo, y bueno, Delft es un pueblo con chonis (jonhies se llaman aquí) e ingenieros, que tampoco se caracterizan por su belleza, pero los de mi casa podrían ser modelos. El caso es que ayer el militar que toma menta poleo me dijo la siguiente retahíla: estoy en esta casa porque el otro tenía que aprender a vivir con chicas, y por guapa. Y cuando te llamamos, pensamos: vaya, pues no solo es guapa, además es una chica maja. Pues la casa es tuya, bonita. Y entonces el de tu cuarto dijo: ¿aceptáis el reto? ¡A ver quién se la tira antes! Pero entonces salió a relucir Jorge. Aunque ya estabas instalada aquí y con un contrato...
Yo me pregunto: ¿por qué? ¿Por qué los holandeses son así? Nunca hacen bromas de sexo, pero cuando les coges confianza... Son ricos. A ver, que hagan apuestas, pues entra dentro de lo esperable, ¿no? ¿Quién no lo ha hecho nunca? ¡Hasta yo, con lo buena que soy! ¡Pero no me lo cuentes!
Flipo tanto...
Y hablando de holandeses iguales y de flipar. Creo que una de las veces que más he flipado en este país es cuando una china/coreana/vietnamita/japonesa (por las pintas, yo creo que japonesa) me preguntó que si no era holandesa. No, le dije, soy española, ¿es que parezco holandesa? Y atención a la respuesta: Sí, bueno, no sé, a mí me parecen todos iguales...
Los españoles somos morenos, bajitos, peludos y con los ojos negros; los holandeses son rubios, altos, de ojos azules y con el pelo lleno de gomina. NO somos iguales.

miércoles, 14 de octubre de 2009

¡He acabado!

Después de casi un año, de pegarme con mi supervisor más de lo que me habría gustado y de que me haya dado más disgustos que alegrías, por fin, hoy, he acabado de escribir el proyecto. Después de miles de problemas que me quitaron el sueño y que contaré a su debido tiempo (cuando me den el resguardo de haber solicitado el título), y de no descansar más que los días de resaca, que ya son pocos y muy distanciados en el tiempo, mañana no me voy a poner el despertador. Y por eso, aunque tengo un poco de sabor agridulce, soy una persona bastante feliz.
Hasta que vuelva a ver el abismo bajo mis pies...

lunes, 12 de octubre de 2009

Tócate los pies...

¡Pues tócate los pies con los holandeses! No contentos con su afición de vigilar todo lo que hacen los demás poniendo ventanales sin cortinas en las casas y cámaras de seguridad por todas partes, y de que haya seguratas en la biblioteca, ayer me ocurre lo siguiente.
Resulta que los fines de semana en la biblioteca las máquinas de café (sí, ésas que se queman un poquillo y después hay que derrumbar el edificio entero) se quedan vacías, generalmente de vasos. Tal que me tomo un café corriendo, me achicharro la lengua, el paladar y la garganta, me guardo el vaso para luego, y viene el segurata y me echa la bronca: no, verás, que está vacío. Pero antes no lo estaba, ser del despreciable sur de Europa...
En fin, que a todos nos hacen lo mismo.
Pero lo mejor es que viene una amiga, y me voy a comer con ella, y dejo el iPod y el disco duro en mi sitio. Y mi abrigo cantoso de diseño. Y cuando me voy de la biblioteca, porque a las 6 me echan, viene el colega y me dice:
- Oye, mira, que es que te he reconocido por tu abrigo (hortera). Que antes te has dejado las cosas encima de la mesa, y es peligroso porque hay robos...
Después de estar copiando dos mil números a mano durante 6 horas, no me voy a poner a discutir, pero... ¿Para qué COJO*** estás entonces? ¿Para que yo no me pueda comer una galleta delante del ordenador sin sentirme culpable?
De verdad, ni de los holandeses te puedes fiar ya... Porque, por supuesto, en la biblioteca en Madrid no dejo ni el bocata de la merienda.

jueves, 8 de octubre de 2009

Gran Hermano

Resulta que ahora han cambiado las normas de la biblioteca de Delft. Sí, la montaña más alta de Holanda, con permiso de la zona de Limburgo, que es País Bajo, pero no Holanda en sí.
Han puesto la parte del cono y el hall como si fuera la rotonda (es decir, para gente ajena a la Etsii, que se puede hablar, comer, chillar y poner música de chonaco en el móvil), aunque la gente no se ha enterado y todavía está todo el mundo calladito. En la parte de los ordenadores ahora no te puedes ni tomar un café. ¡Te incitan a ser vago! A mí, tomarme un café, me supone tranquilamente media hora, porque sale a 96 graditos (lo sé, y punto), y es media hora que pierdo que podría dedicar a ver “Cómo conocí a vuestra madre”, a ver las tonterías que colgáis en el facebook, o a desc***** mu****. No quiero incitar a la realización de actos ilegales, pero vaya, que estaba yo mejor tomándome el café haciendo el vago delante del ordenador que yo sola mirando las pavas en el coffie corner los días en los que a mi alrededor solo hay chinos.
En realidad siempre ha sido así, nunca se ha podido comer ni beber en la biblioteca, pero ¡ahora hay un segurata! Flipo, de verdad que sí. Y el hombre se pasea por los ordenadores echándote en cuanto ve que sacas una manzana del bolso. Por un lado tiene razón, porque un día a un amigo mío se le cayó el café en el teclado del ordenador, y lo volcó y aquello chorreaba, poner un segurata… ¿No es exagerar un poco? En la ETSII para eso tenemos a la bibliotecaria ésta que es gili (el segurata esta clavando sus ojos en mi sándwich en este preciso instante) que se pasa el día chistando para que te calles mientras ella se parte con el colega, que ni subir las escaleras con tacones deja (avance de Delft: el único sitio donde debe haber moqueta, la biblioteca, tiene moqueta antipijas).
El caso es que aquí te tienen tan controlado, que parece que les falta un palo para azuzarte a estudiar. Mejor sería que iluminaran la biblioteca bien.
A veces es que a este país le encanta controlar lo que haces, porque igual que no me creo que una mujer lleve burka porque le apetezca, tampoco me parece a mí que lo prohíban para mejorar su calidad de vida: lo hacen para tenerla controlada, y todo lo demás es mentira. Y para eso está el segurata de la biblioteca, para controlarte.

domingo, 4 de octubre de 2009

Sentimientos encontrados (III)

Ahora sí que veo el final al asunto… El día 23 de octubre vuelvo al hogar. Asi que entre Sandra y Pablo (porque Jesús no me lee), me podríais organizar una fiesta de bienvenida al hogar, que además el sábado es el cumple de George…
Y creedme, que me empieza la depresión post-erasmus y casi lloro cuando le he dado a "Comprar billete". Menos mal que el billete incluye una vuelta al otro hogar, Delft, en diciembre. Mi padre me va a matar cuando se entere de que su hija ingeniera (porque para entonces ya lo seré) se va de vacaciones en diciembre a chupar frío en lugar de buscar trabajo. ¡Bien!
Me encanta Holanda.

viernes, 2 de octubre de 2009

Sentimientos encontrados (II)

Antes de todo: esto está muerto de comentarios últimamente, ¿eh, nenes?
Hoy sin falta me voy a comprar mi billete para irme a España para siempre. Me da miedito. Puff, la verdad, tantos cambios que afrontar… Estuve el fin de semana pasado en casa, y según llegué me puse a discutir. Yo no debería tener ningún tipo de queja de mi casa. La gente en Holanda me dice: ¿cómo puedes vivir con tus padres y tus 24 castañas? Pues hijo, una que se hace a todo… Y que no conocía nada más que eso. Ahora se plantean problemillas, claro, me he acostumbrado a hacer las cosas a mi manera, a comer cuando me da la gana y lo que me da la gana cocinado de la manera que me da la gana (o que le da la gana al que le toque cocinar), a entrar, a salir sin tener que dar explicaciones.
En mi casa eran bastante porcule*** con el tema de estudiar. ¿Otra vez vas a salir hoy? Sí, voy a salir. ¿Y cuando piensas estudiar? Mañana… (mentira, por supuesto). Ahora ya no me pueden decir eso. Que salgo, pues mira, salgo. Cuando salga de trabajar, hasta las 8 del día siguiente y desconectando tan pronto como salga por la puerta. Y si salgo y no duermo, pues de lo mío pongo (como esto de beber lo he reducido hasta límites insospechados…).
La verdad es que en mi casa estoy bien, el único problema es que tengo que compartir el coche y por eso discuto. Porque claro, para un día que estoy en Madrid, el coche me lo quedo yo, más claro, agua. En Delft es tan fácil… Te coges la bici, y a correr. Pero en Villalba City, vas apañado como cojas la bici.
Por supuesto, eso no es lo único que me va a hacer discutir. Los 3,8 millones de parados no me lo van a poner fácil. La edad no me lo va a poner fácil. La falta de experiencia en el mundo laboral serio y esto de no hablar idiomas que no sean inglés, tampoco.
Pero bueno, ayer estuve hablando con el militar de mi casa (qué fuerte, lo que hace el erasmus… He hecho amigos con maneras de ver el mundo que para mi eran inaceptables hace un año y medio) sobre lo que se siente hogar y lo que no. Y mira, Delft desde luego lo siento mi casa, y mi casa la siento un hogar, esto de cenar todos los días juntos le da ambiente familiar. Y es mi casa con normas, que aunque no sean las mías, yo también colaboro en ellas. En Madrid, las normas las dictan mis señores padres y Eduardito y yo callamos. Sin embargo, para qué nos vamos a engañar, mi casa de Villalba es mi casa de Villalba, y las cosas en español, como que se aprecian. Se aprecia que todo esté limpio, y que la ropa aparezca planchada en el cajón cuando la dejaste tirada y sudada en el suelo. Y también se aprecia comer jamón con pan blanco recién hecho. Y la fruta de temporada, en temporada (aquí hay fresas ahora a un precio razonable).
Así que, de nuevo, sentimientos encontrados: vivir bajo mis propias normas (que existen y yo tengo bastante disciplina para cumplirlas) en Holanda, o que todo esté en español (¡cómo lo echo de menos!).
Menos mal que creo que en diciembre me vuelvo a Delft de visitilla.

martes, 29 de septiembre de 2009

¡Ahí va!

Pues, ¿sabéis una cosa? No todo lo copian los holandeses. ¡Alfred J. Cuack es de aquí! Y por supuesto, no se llama Cuack, no tiene suficientes k's. Se llama Kwak. Y lo he buscado en youtube, y no he encontrado la cabecera, pero la canción se han puesto a cantarla los de mi casa, y después me han hecho cantarla a mí, y por lo visto, dice lo mismo. He encontrado otra cosa que no es exactamente la cabecera, y quitando un par de nombres japoneses, ¡la verdad es que sí es holandés! Se me ha caído un mito. Ahora solo me queda saber que no sólo los niños españoles de finales de los 80 y principios de los 90 leemos D'Artacan en vez de D'Artagnan cuando nos culturizamos y leemos a Dumas. Sí, qué pasa, seiscientas páginas leyendo D'Artacan y asombrándome de que su mujer no se llame Julieta a pesar de haber leído antes Romeo y Julieta.

Más tonterías holandesas

Creo que he dejado patente muchas veces que los holandeses son una raza superior a la española en muchos aspectos. En otros no tanto. Vale que son bastante más guapos, y bastante más altos, que yo aquí las paso un poco p**** para agarrarme a las asas que cuelgan del tranvía y en algunos bares no me puedo ver la barbilla en el espejo del servicio, y en España ni siquiera tengo que estirar el brazo en el metro. Pero también son bastante más cerdos y bastante más cuadriculados. Esto me viene a la cabeza por un par de detalles que he venido observando. Cuadriculado es todo aquel que viva más al norte que Milán sin ser italiano, pero esta gente tiene detalles absolutamente geniales.
Contradiciendo la leyenda popular de la creatividad televisiva de los holandeses, he de seguir con los plagios. A las 21.30 de los viernes echan en un canal llamado Veronica, que yo creo que pertenece a Unilever porque es un canal, una revista, y no sé cuántas cosas más, un conocido programa de la televisión argentina (tampoco es plan de echarnos flores) llamado CQC. No sé qué significa CQC en holandés, porque se llama CQC y es como el Caiga quien caiga, reparten gafas negras y le regalaron un dildo a Tarantino porque hace una colección, que es lo máximo que yo pude entender porque el resto del programa estaba en holandés. No contentos con plagiar el CQC, también han copiado un invento patrio, para qué van a hacer sus propios programas, si se pueden dedicar a cuadricular el mundo mientras los demás hacemos el paripé, que es Humor Amarillo. Esto es cierto, han cogido las caídas de las zamburguesas de Takeshi’s Castle (que es como se llama el invento en Japón y en Holanda, pero en Japón iba en serio) y han puesto a un holandés a decir paridas sobre el Chino Cudeiro que se ha dejado los piños en la zamburguesa, o que una bola le ha dado en los nacasones y por eso el pobre Chino Cudeiro se ha muerto otra vez. Por supuesto, no sé si en realidad hablan del Chino Cudeiro o de otro Chino, pero sé que dicen gilipolleces todo el rato, y los de mi casa se ríen bastante.
En honor de Takeshi’s Castle, he de decir que en Estados Unidos (por el acento) han sacado un programa igual que también lo echan en la tele holandesa, y que sí se lo toman en serio y la gente entrena para competir. Y no se parten los piños en las zamburguesas porque llevan protectores.
Es que en Holanda ponen muchas cosas de la tele americana. Oprah Winfrey, por ejemplo, que es la cosa más tonta que he visto jamás, y me van a cerrar el blog por meterme con la señora afroamericana más poderosa de la historia mundial. También ponen America’s next top model, y yo he de reconocer que mi lado telebasurero se enganchó el año pasado al asunto y ahora está bastante cabreado porque lo han sustituido por Benelux’s next top model, y es en holandés.
Y dejando de hablar de plagios, otra cosa de cuadriculez mental que he observado y puedo comentar es lo siguiente. Alrededor de mi facultad hay un laguito, que llega el agua por la cintura, una vez había un señor recogiendo bicis y por eso lo sé. Pues han hecho un puentecico, o en ello están, que cruza hacia IO. Está guay, porque si no había que dar mucha vuelta. Pero, ¿qué hacen los holandeses para hacer el puentecito?
Fácil y sencillo, oye, cómo hacer tu propio puente:
1. Apila un montón de arena en el agua.
2. Aprénsala.
3. Haz unos agujeros y rellénalos con hormigón armado.
4. Pon unas planchitas de más hormigón armado encima. Esto, te vas al Leroy Merlin y te lo traes en el coche, así de fácil.
5. Quita la arena que te sobre de los pilares.
6. Deja que fluya el agua otra vez.
¡Y ya tienes tu propio puente, oye! Y cual plan E de Zapatero, llevan para hacerlo desde Navidad más o menos. Digo yo, si pones un terraplén y lo cubres de hormigón, ¿por qué no lo dejas así y ya está?
¿Dónde está la página para hacerme fan de los holandeses por el Facebook?

lunes, 28 de septiembre de 2009

Sentimientos encontrados (I)

Pues parece que ahora sí que le veo el final. Sólo tengo que escribir ya unas cositas que me quedan, y se acabó todo casi para siempre... He pasado unas semanas de locura, trabajando en el proyecto como una burra, pero ahora ya le veo el fin. No sabía cuando iba a acabar, pero ya está. Como aquí te dan mucha mano suelta para que hagas con el proyecto lo que quieras cuando quieras, me he propuesto acabar el día 10-15, de octubre (digamos 12, y tengamos la fiesta en paz). Y volver a casa el día 23, que se me acaba el contrato de mi casa de Delft. Así les doy diez días para que me arreglen los papeles y para que los arregle yo, para irme de compras y a ver lo que me queda por conocer de Holanda, para salir de fiesta como si fuera erasmus otra vez, ahora que le he puesto una solución a mis resacas horribles y para estar un poco de vacaciones (traduciendo, como si lo viera).
Y ahora es cuando sí que sí me da depresión. Este fin de semana pasado, que mi comentador más fiel ha pasado en una boda en su pueblo (es un pueblo gordo) y hace mucho que no lo veo porque nunca está cuando yo voy, he estado en Madrid. A ver, las cosas aparentemente están como siempre. Mentira. Mi casa es un poco rara, ya no tengo amigos en Villalba porque todos emigráis, mi novio tiene el pelo más largo que yo... Pero sin duda alguna yo he cambiado. Aunque solo sea porque entro en una tienda y digo: "Ehhh... Ehhh... Do y.. tienes...?", como mi hermano en Holanda: "Ehhh... ehh... Tien... Do you have...?". El caso: he vuelto con sentimientos encontrados a Delft. Es mi último viaje de vuelta "a casa".
El erasmus te cambia y eso lo sabe todo el que haya conocido a un erasmus antes y después. Y además yo afronto muchos más cambios que deshacer el de irme de casa. Tengo un sabor agridulce, no me quiero ir, me encanta Delft. Y me quiero ir, me encanta Madrid. Voy a echar muchísimo de menos esto. El otro día le lloraba a Ángel, mi amigo "holandés", que quería acabar el proyecto, que me quería ir. Que estaba harta. Y cuando me dijeron que me fuera a mi casa, le dije que me daba mucha pena y él me contestó: "Anda, venga, si ayer estabas llorando porque no te ibas". Es cierto, lloro porque no me voy, lloro porque me voy. En realidad lloro porque si no me voy no acabo la carrera, que de hecho pretendo volver en Diciembre, no se me vaya a mí a olvidar lo que es el frío polar. Que he llegado hoy a Delft y no me ha importado en absoluto la necesidad de una cazadora gorda. No lloro porque no me voy, de hecho esto estuvo a punto de convertirse en mi vida real, y quiero volver, pero con mi novio.
Cuando vuelva enseguida de Delft, además se acaba una etapa muy importante de mi vida, una etapa en la que llevo 20 años, de 24 que gasto. La etapa de estudiante. Miro con nostalgia a la Etsii ya, y eso que cuando la gente de primer año pasa a mi lado empieza a olerme a guardería. Qué duro va a ser volver y afrontar todo esto, y a la vez, estoy tan expectante...

domingo, 20 de septiembre de 2009

A poco más de un mes de que me vaya, si eso, empiezo a tener sentimientos encontrados. Me va a dar mucha penica irme, y a la vez tengo unas ganas tan grandes...
Este fin de semana ha venido una amiga del año pasado, de las íntimas. Éramos tres, Menchu, María y yo, y ha venido Menchu. Con perdón por hablar de ellas sin que lo sepan, cuando volvieron a Madrid estuvieron las dos bastante mal, con la famosa depresión post erasmus. Menchu llegó el viernes y siente que las cosas están como si no se hubiera ido nunca, y que es como deben estar. Y realmente, cómo son las cosas en Delft la mayor parte de las veces, es cómo deben ser las cosas. He de decir que la casa donde estoy ahora tiene bastante que ver con que esté contenta aquí, porque los tíos son más majos que nada, y me cuidan. El otro día les dije que no iba a venir a cenar y me dijeron que no pasaba nada, corazón, nosotros te hacemos la cena para que cuando te dejen salir de tu zulo en la uni solo lo tengas que calentar y meterte a mimir. Pero cuando vino Menchu todo parecía mucho más Delft. Son cosas que están unidas con lazos muy fuertes. Yo no me imagino Delft sin mis amigas, y llevo tres meses sin ellas por aquí. No me imagino Delft sin bici, y tampoco me imagino Delft sin mi amigo Ángel. Y claro, que solo falte María, acerca mucho el Delft de hoy a Delft.
Y con todo lo que tengo aquí, en mes y medio estoy en casa. ¿Y entonces qué? A mí me gustaba mi vida, y lo siento chicos, sé que sois un apoyo genial y espero que lo sigáis siendo cuando vuelva, pero... Me da miedito. Me enfrento a muchos cambios. Y el de hablar español con propiedad es uno de ellos, voy a dejar de decir que estoy en fuego, que me sale solo (gracias, Angelito) y de aplicar para cosas y de overcome, que nunca me sale una traducción en español, y de ir a la librería, y de hablar en inglés en sueños. Pero también me enfrento a la búsqueda de la lista del paro, y la de una casa, y la de un futuro. Ay, me supera. Y tengo tantas ganas de pasar a la siguiente fase...
No es que tenga ganas de irme de Holanda, que a veces parece que las tengo, es solo ganas de evolucionar y ver qué hay más allá de los centros educativos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Asíntotas

Ay, estas asíntotas me van a matar. Aunque parezca que todo es de color de rosa estando de erasmus, lo que yo quiero es acabar esto porque significa que me gradúo y ya tengo ganitas. Y el fin es asintótico. Nunca llega, parece que sí pero no. No llego nunca, estoy acotada superiormente por una barrera que es la de la entrada a la vida adulta y no paro de acercarme pero no termino de llegar. Llevo viendo la luz al final del túnel casi dos años. Pero aunque antes era un puntito en la lejanía, y ahora me deslumbra si la miro de frente, sigo en el túnel.
Y a pesar de todo, he de decir que ahora es mucho mejor que hace un par de meses. Aunque esté en la biblioteca y sea domingo, y necesite unas vacaciones más que el comer, a pesar de todo, las cosas son mejores ahora. Y ahora es cuando en realidad me da un poco de penilla que todo se vaya a acabar. Ayer me decía el ex Kappa Pi de mi casa que le da pereza ir a las fiestas internacionales porque es siempre la misma conversación tonta: de dónde eres, qué estudias, cuánto tiempo vas a estar en Delft, y yo me temo que ya ni merezco la pena de hacer el esfuerzo de hablar conmigo cuando a la tercera frase contesto que me quedan dos meses. Asintóticamente, claro.
Y por otra parte, de lo que realmente tengo ganas es de perder de vista a los adolescentes que han entrado en la universidad este año. La madre que los trajo, como se nota que nacieron en los noventa. Los veo, ahora que yo acabo y que ellos empiezan, y pienso: ¿era yo así de pava? ¿De verdad que éramos así de pavos todos nosotros? ¿Tenían mis amigos esos gallos horribles?
De lo que sí que me acuerdo es de que pensaba que me iba a comer el mundo, y luego empecé a pensar que menudo túnel, que de ahí yo no salía viva. Y aunque al principio caminaba rápido, la asíntota me desespera. ¿De verdad se llega a acabar la carrera, o es una leyenda urbana como que si te tomas una aspirina con coca-cola te mueres? Esa, además, es falsa…



Ah, Pablo, una cosa, no sé si incumplo alguna ley. Total, no creo que nadie ni siquiera se percate de que yo haya colgado una foto. Pero macho, acabo de darme cuenta de que tengo un problema, no sabía que SEM es MEB en español. A ver cómo presento yo esto en Madrid…

martes, 8 de septiembre de 2009

El Kanthal empieza a gustarme

Pues aquí ando.
Después de muchas, muchas horas echadas en mi zulo (que por lo menos tiene ventanas, aunque me bajen la p*** persiana), y muchas, muchas horas echadas en un laboratorio a 18 grados, hoy que hace 27, he hecho algo útil. Porque esto es así, todos los erasmus que estamos con proyecto tenemos la misma sensación: ¿Qué he hecho durante 8 meses si lo acabo todo en los últimos 2? Pues, básicamente, perder el tiempo, pero por lo menos a la universidad le dan dinero por ello, aunque el de mis padres se evapore.
Pero hoy he roto mis primeras probetas. Por si acaso decíais, ¿qué hará esta tía en Holanda a estas alturas de la vida? Pues esto es lo que hago.
Alúmina alfa sobre un acero llamado comercialmente Kanthal D. Bonito, ¿eh? Pues a esto me dedico. Y para los legos en el asunto, esta foto es de libro, ricos. Nunca sabré mirar por un microscopio normal de instituto, y mirad lo que hago con uno electrónico.
No quiero ver investigación nunca más en mi vida...

Pero por lo menos me lo sigo pasando bien. Y hace bueno. Hoy me he levantado, y ayer me dijo uno de mi casa que hoy iba a hacer bueno, así que yo me pongo de verano. Y le digo, como haga frío te enteras, rico. Pues no, no se va a enterar porque hace de playa. Y yo, aquí. De cualquier manera no tengo ningún tipo de queja de los de mi casa, son súper graciosos. El otro día estaba el militar (esto creo que no lo conté: como no se quiere ir a Afganistán, se ha metido en la reserva. Por si se rompen los diques y cosas así, y el ejército de verdad sigue en Afganistán matando talibanes), el ex Kappa Pi, viendo un programa de la tele que salían unos tipos que se van a vivir a España y se llevaban el café de Holanda porque según ellos el español está malo porque está muy fuerte. ¿Cómo quieres que esté, peazo melón? Si es café, está fuerte, si no, te tomas una guarrería americana, lo llaman. Y como el café en Holanda está tan poco fuerte, los holandeses beben té. Esto es muy gracioso. ¿A cuántos chicos habéis visto tomar té en España que no estén a dieta y que no sean Jorge? A ninguno. ¿no? ¿Y menta poleo? Es de niña, jaja.
Pues coge el otro día el ex Kappa Pi, y le digo: ¿quieres un té? Y me dice que sí. A todo esto, el amigo venía de la reserva chunga holandesa, que es el ejército, vaya. Y venía vestido de camuflaje. ¿Os imagináis a un legionario tomándose el té de las 5 con pastas? Con la cabra, de solo imaginarlo me meo, jaja. ¿Y un menta poleo, que era lo que yo me iba a tomar?
Como diríamos Sandrita y yo, soy fan. Yo soy fan de los holandeses.
Por cierto, no sé si esto lo había colgado alguna vez ya, hablando de ventanas que se abren y se cierra. Qué gran programa se perdió con Berlus. Ah, y otra cosa: ¡en Holanda echan CQC!

sábado, 5 de septiembre de 2009

Y yo con estos pelos II

Para vuestra información, una que es masoquista se ha puesto a buscar en interné la peluquería a la que fue ayer. Existe en Madrid. Por si queréis ir. Y, ¿sabes qué, Marina? Te queda cerca de casa: en Ortega y Gasset (dos señores majísimos que comparten calle). Es orientativo del precio, yo por esa calle no paso que no tengo tanto glamour.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Y yo con estos pelos

Pues creo que ya he hecho todo lo que se tiene que hacer dentro del marco de la legalidad en este país.
Hoy para acabar el tour del habitante holandés, me he ido a la pelu. Mira, que sí, que es caro, muy caro, que con el corte de pelo que me gasto o me maquillo o me pongo una camisa de cuadros por dentro del pantalón, porque el largo no me da mucho juego, pero lo necesitaba.
Así que os voy a contar la experiencia de Laura en la peluquería holandesa.
Le pregunto a mi amigo "holandés" Ángel: a ver, majo, ¿dónde voy yo a una peluquería? No sé. Le pregunto a mi amiga "holandesa" Rose: a ver, maja, ¿dónde voy yo a la peluquería? Pues mira, vete a dónde voy yo el viernes porque no puedo ir a mi cita, y lo tiene todo cogido hasta ni se sabe cuándo, pero es muy buena. Es en La Haya al lado del Mango. Puntualización número 1: Mango aquí es casi de lujo. Puntualización número 2: Mango está en una plaza que es como un Las Rozas Village en pequeñín. Para que os hagáis idea del precio del asunto.
Llego a la peluquería un cuarto de hora tarde porque el tren no ha pasado, me he ido corriendo desde la estación al Mango. Y claro, a lo mejor la otra estación me queda más cerca, pero como una servidora a La Haya le tiene un poco de tirria por ser la ciudad más coñazo de la historia de la Humanidad, pues no me sé el camino. Veo el sitio, y efectivamente, flipo. Desempolva la Visa, Laura, y págalo cómodamente el mes que viene. Un salón de belleza como los de las películas. A ver, solo a mí se me ocurre pedir consejo a Rose, que le sale el dinero por las orejas.
En fin, tuve la decencia de quitarme la laca de las uñas que estaba en proceso de descascarillamiento (por cierto, que alguien me dé la palabra correcta, porque de esto va mi proyecto y no sé pasarlo a español), no fuera a decirme la señorita: mira, por 50€ más te hacemos las uñas. Y yo no sé decir no.
La peluquería: se me presenta muy amablemente la señorita peluquera, estrechándome la mano como si fueras al médico, me empieza a hablar directamente en inglés: ah, tú eres la amiga de Rose, ¿y estudias con ella? ¿No? ¡Vaya! Bueno, a ver, conversación de peluquera y señora de pelos locos. Me da un masaje con esencias de menta, y me tumba, sí, ME TUMBA para lavarme el pelo. Tratamiento de relajación.
Me corta el pelo como yo siempre lo he querido tener pero nunca me atreví, porque me dice que en la foto que le llevo sale muy largo. Pues nada, en fin, que no debería quejarme, que es lo que he querido tener siempre.
Puntualización número 3: no soy como Miki (¡un besote! ¡Que me encantó verte en Ámsterdam!), no me llevé una foto de Serena Van der Wood o cómo se llame, porque para empezar me hacía falta como palmo y medio más de pelo. Me llevé una foto en el iPod de mí misma recién salida de la pelu en Madrid, que voy a borrar, no me lo vaya a coger alguien y diga que yo qué, entre Take That y mi propia foto...
Y tras secarme el pelo, que no peinármelo, y de invitarme a un té, me pide muy amablemente que le pague 70 pavos. A ver, gente que me conocéis y no sois Sandra: ¿me habéis visto alguna vez con mechas? ¿O con cortes estrambóticos? No, ¿verdad? En España pago por cortarme el pelo 15 € si me pilla en verano. Y 24 en invierno para que me lo peinen de verdad.
A ver, yo siempre había querido ir a un salón de belleza grande y guay y que me doraran la píldora un rato: pues ya lo he hecho.
Macho, esto debe de ser por convertirme en la única erasmus que vuelve a casa con el pelo más corto que nunca, siempre vuelven con el pelo más largo que han gastado nunca. Cuando me corté el pelo después de Navidad lo tenía como medio palmo por debajo de la altura del cierre del sujetador. Y ahora no me puedo hacer una coleta.
Ah, voy a explicar este gasto: me apetecía compensar el descuento que me han hecho en el sportcenter a pesar de no ser estudiante. No, en serio, no me da tiempo a ir a la pelu en España hasta noviembre. Todo tiene una razón de ser.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Distintos grados de buen tiempo (efectivamente, llueve)

¡Bueno, bueno!
¡Han llegado los nuevos y resulta que me habéis leído! Teniendo en cuenta que mi novio no lo hace, aunque a lo mejor es porque le cuento todos los días las tonterías que hago, es muy agradecido que por lo menos vosotros me leáis.
Esto empezó un poco por contar a mis amigos lo que me pasaba por aquí, en vez de mandar el típico email a todos los contactos y que la mitad piense que es spam, ya está aquí esta pesada de erasmus. Así, lo publiqué en el messenger y el que me lea bien, y el que no me lea, pues él se lo pierde. Por otra parte, aunque no lo haga bien, me gusta escribir, y ya véis, de adolescente tenía el sueño de escribir un libro que cambiara la vida de la gente, y aquí estáis con una vida diferente a la que teníais en España de la que por lo menos tenéis una idea de lo que os váis a encontrar. Que yo vine después de haber leído otro blog (a cuyos autores conocí el sábado), pero no contaban todas las tontadas que yo cuento.
Ayer me dijeron: manda un saludo para el Marcushof.
¡Hola Marcushof!
Y eso que yo no soy muy fan del Marcushof...
De verdad, muchas gracias por leerme, me hace mucha ilusión que todos digáis, ahí va, ¿tú eres Laura la de Erasmus en Delft? Pues sí, yo soy.
El caso es que ayer un chico de la escuela me dijo que le deprimí diciendo: llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve, llueve. Bien, pues te voy a decir otra cosa: ¡ante todo optimismo! Que para eso estamos de Erasmus, ¿no? Bueno, tú, yo no que se me acabó el chollo el martes.
Llueve, pero se lleva bien. Y además hoy me he levantado, y he aprendido una cosa importante. Me encuentro con uno de mi casa, que ayer me dijo que tenía la intención de irse a correr todas las mañanas con un colega, y también me dijo que él se habría metido en el ejército si no fuera porque le parece un asco tener que ir a matar niños afganos porque a un señor en EEUU le apetezca y el homólogo, como dicen en las noticias, en Holanda le lama el culete (o sea, que lo que le gusta es irse al campo con un cuchillo a ver si vuelve a la civilización él solo). A ver, que me disperso otra vez; el caso es que me levanto, y le pregunto que si se ha ido a correr, y me dice que sí, y que al final llovía y eso le ha hecho sentir vivo.
La lluvia es así, te hace darte cuenta de que estás mojado. Tienes esa sensación porque estás vivo. Total, qué más te da mojarte si te vas a meter en la ducha en 10 minutos.
Vale, esto solo sirve cuando te vas a meter en la ducha, no como yo, que tengo una reunión a las 12 y voy a llegar hecha una sopa. Pero también me ha dicho, cosas que le dijeron en el ejército (el que quiera saber cómo funciona esto en Holanda, que lo busque porque es largo y aburrido), que no hay mal tiempo, sino distintos grados de buen tiempo. Eso, chavales, eso es sabiduría.
Ahora el colega se ha ido a la peluquería, seguro que con lo mono que va siempre no le hace ni puñetera gracia mojarse después de pagar 20€. Y además, no me digáis que 40ºC a la solana es buen tiempo, porque tampoco lo es.

martes, 1 de septiembre de 2009

Cositas nuevas

Pues mientras llegan los Erasmus (a lo mejor vamos hoy José Manuel, uno de los cuatro que vinimos de la ETSII el año pasado, y yo a verlos), y dan bandazos con la bici como cuando yo era pequeña, me caía, me hacía unas heridas asquerosas y se me pegaban las sábanas por el empeño de mi madre de que aprendiera a montar en bici, yo disfruto de una vida tranquila.
A ver, estoy agobiadilla con el proyecto, pero le veo el fin cerca, y me consuela. Y si no escribo tonterías como éstas de vez en cuando, no me relajo. Podría dedicarme a fumar, pero creo que en mi casa me mirarían muy mal. Tampoco es plan de hacer apología de las drogas, pero a ver, que son legales.
Y a pesar de la vida tranquila, estoy contenta porque tengo mucha más vida social de lo que yo pensaba que iba a tener. Si me quedo en casa es porque quiero, un cafetito o una cervecita siempre me puedo tomar.
Lo que ahora sí es diferente es que paso mucho tiempo con los de mi casa, que es una cosa que no había hecho en ninguna de las otras dos casas, más que con Eric, con el que sigo quedando de vez en cuando. Pero es español y se enfada cuando le llamas holandés, a pesar de que ayer se comió 5 rebanadas de pan bimbo de color caca y 2 croquetas para comer… La diferencia que hay con los de mi casa es que como somos 3 en casa, y cenan muy tarde, puedo cenar con ellos y hablan todo el rato en inglés entre ellos si yo estoy delante, a pesar de que hay uno al que el inglés le cuesta un poco. Es fácil hacer que dos personas en un grupo de tres hagan el esfuerzo, pero no puedes pedir lo mismo a 10…
Esto es una cosa que quiero desmitificar. Por supuesto, los españoles hablamos un inglés de mierda en general (yo no, jaja), decimos que venimos de Espain y los demás se parten. No sabemos distinguir entre comer peanuts y penis, y esto ha dado lugar a que la gente se ria de mí mucho y en general tenemos bastantes problemas. Yo tengo menos, y la gente no me suele sacar de dónde soy si ellos no son nativos, a parte de que creo que estoy cogiendo acento holandés y hasta sus fallos. Pero es un mito pensar que los holandeses hablan inglés como los ingleses, porque tienen fallos gordos, no saben utilizar bien algunos verbos, y muchas veces traducen directamente del holandés, que por lo que he podido observar, tiene una estructura bastante diferente.
Pero a pesar de esto, que también ocurre con los noruegos, y en menor medida con los suecos (estos casi hablan British total), y de que los universitarios hablan mejor que la gente de la calle, como también ocurre en España, en Holanda se habla inglés mucho mejor que en España, o que en Francia. Yo creo que los franceses tienen un problema en la boca de nacimiento y no pueden hablar idiomas…
El caso de los holandeses de mi casa, que me tratan genial, la verdad. Pero flipan con cada cosa que hago. Un día hacía como 30 grados, aquí es el infierno, y saco el abanico y se quedan mirándome como quien mira a un elefante en su salón… Flipan porque como arroz con pollo con tenedor, a ver, la cuchara para la sopa. Flipan porque hago tostadas por la mañana en una sartén. Flipan cuando hablo en español, hasta cuando pongo la tele, dicen que todo es una sola palabra muy larga de lo rápido que es. La del telediario no habla rápido. Flipan porque coma pan en todas las comidas, y leche para desayunar. Pero hay una cosa con la que no flipan, y en cambio flipo yo: ¡usan servilletas! Me tienen alucinada. Otra cosa con la que flipo es con la necesidad que tienen de irse de erasmus. Ellos no se dan cuenta, pero macho, decir que esta universidad es muy teórica y que es una mierda… Ay, y hacen Caminos. Si llegaran a la UPM con el plan del 83 de seis años y exámenes anuales.
Pero en fin, en general estoy muy contenta con mi nueva casa, ojalá, de verdad, que la hubiera encontrado antes.

viernes, 28 de agosto de 2009

El post optimista

Veo a los nuevos llegar andando y sin bici, y el otro día me fui al Ruif y me encontré con un colega, y los dos pensábamos lo mismo: pobres... ¡Están tan asustados! Él no, porque es holandés, pero yo hace un añito estaba igual.
Llegué al Ruif, y por un lado me daba un poco de envidia, todo nuevo: vida nueva, amigos nuevos, ex-novio nuevo, novio nuevo... En fin, las cosas del erasmus. Eso sí, una pereza que me da a mí todo eso ya que no os la creéis. Y veo las fotos en el tuenti y en el facebook de los que se van ahora, que están llegando a sus nuevas vidas, y ya no me dan envidia. Y veo la gente que se va de viaje, y obviando que necesito unas vacaciones más que el comer, ¡no me dan envidia!
Probablemente éste sea el post más optimista que haya escrito nunca de verdad.
¿Qué más se le puede pedir a la vida? Me encantan mis amigos de Delft, los pocos que tengo; y me encanta mi casa, y me encanta la universidad, y me encanta todo lo que tengo en Madrid. Hasta novio que tengo, que teniendo en cuenta que llevo aquí un año sin él, y que estudio ingeniería y me he convertido en un hombre de barriga cervecera... La vida me trata muy bien.
A ver, no cuelgo fotos de Delft porque si no, os aburro, no cuelgo fotos de mi novio, porque sale mal (como no me lee, lo puedo decir abiertamente: Jorge, NO eres fotogénico), y no cuelgo fotos de mi casa para que todos los que van a venir a Delft a sufrir a Duwo no tengáis envidia, jaja. He de decir que no todo es perfecto, y que Duwo me está soplando 375 pavos por vivir en mi palacio. ¡Pero es mucho mejor que Poptahof!
En fin, que la vida me sonríe, el sol me da en la cara, y os voy a enseñar, qué coño, una foto en Delft de modo love. Con sol y todo, ahí lo llevas.


miércoles, 26 de agosto de 2009

Nueva fase

Pues yo, al igual que Rosa, empiezo una nueva fase en Holanda, pero sin volver a Madrid tantas veces ni por tanto tiempo. Ya veis, el destino también es caprichoso y ha decidido que me tengo que quedar un rato largo. No os preocupéis, pequeños, porque a pesar de la inevitable depresión post erasmus que incluso los psicólogos están pensando en catalogar en España (en otros países ya existe), volveré y espero que todos seamos felices y comamos perdices y que me hagáis una fiesta de bienvenida a España y de biensalida de la ETSII, como ingeniera, por la puerta grande que solo uso en ocasiones especiales: cuando me voy al Corte Inglés de compras.
La nueva fase en Holanda pasa por vivir con chicos: he pasado por una casa con adolescentes, una casa con chicas, y ahora una casa con chicos. Efectivamente, mucho más limpia que la de chicas. Y por supuesto, mucho más limpia que la de los adolescentes, que los colegas tienen 25 palos. Y con unos bonitos pósters de tías buenas. Como en el baño de la casa de chicas, pero ahora con tías.
Ante todos estos cambios, ahora que dejo de ser exchange student y soy guest de la universidad, y vivo en la casa nueva tranquila, sin ruido ni gatos ni bichos de cualquier otro tipo (Sandrita, qué poco echo de menos al gato, no te imaginas), empiezan a venir ya los nuevos internacionales. Y yo esta noche, para variar, me iré al Ruif, el bar de los erasmus, a ver qué se cuece y si hay alguno ya. De momento solo hay chinos, iraníes y africanos.
Me veo muy diferente de la persona que llegó a Holanda hace un año, en mi holandesificación he decidido que paso de cocinar (aún más) y que voy a cenar con mis compañeros de piso, ahora que hablan en inglés en cuanto entro por la cocina. Y por supuesto no tengo el ansia de conocer gente que tenía el año pasado, ahora si conozco a alguien, bien, pero seguro que voy al Ruif a tomarme una cerveza y a casa, tampoco es plan de forzar. Es otra cosa que mi hígado me dijo que ya me valía: no más cacahuetes, por favor. Él manda, yo obedezco.
Sin beca erasmus, las cosas te las tomas a otro ritmo y con más calma. Total, todo lo que tenías que hacer, ya lo has hecho mientras el gobierno pagaba, ¿no?
Ante todo me veo que ya estoy muy holandesificada por el comportamiento de otros internacionales montados en bici. Es una pena que María no lea esto, pero el año pasado, cuando nos conocimos, no podía andar sin una mano en la bici, y al final mandaba mensajes mientras montaba. Cómo voy a echar de menos ir a todas partes en bicicleta, llueva o granice. Cómo voy a echar de menos este país y todas las cosas buenas que me han pasado aquí.

domingo, 23 de agosto de 2009

Impresiones

Esto es un aviso para la gente que viene a Delft este año de Erasmus y/o alumnos invitados (ejem, yo soy Erasmus hasta el martes que viene, y luego invitada). Nunca he contado aquí cómo fue mi primera impresión de Delft, y la verdad, fue mala. Muy mala.
A mí me encanta Delft, me encanta el ambiente, la gente y la universidad, y todo, me apasiona todo lo que hay aquí y todo lo que para mí significa, pero al principio...
Para empezar, hace un año no tenía casa en Delft, y venía el 1, por la incomp....... de determinadas personas a las que no voy a nombrar hasta que no me den el título de ingeniera. Cometieron unos errores enormes y este año lo han vuelto a hacer, por si con dos años seguidos que yo conozco no tuvieran suficiente. Así que mi estado era de histeria. Bien, me dan casa, genial, y yo pedí Poptahof, pero no era Poptahof. Mejor, ahora lo sé, pero en ese momento no me hizo ni puñetera gracia.
Miro dónde está en el mapa, y cae al lado del cartel de "Delft (tachado), tot ziens". O sea, fuera de Delft. Bueno... es una casa y no debo quejarme.
El caso es que llego al aeropuerto para venir a Holanda. A las 4 de la mañana me dice una señorita de Ryanair que tengo que pagar 150 € de sobrepeso. Genial... Y no llevaba 60 kilos. Ahora sí pesa 60 kilos pero en aquel momento pesaba 21... Yo histérica, mis padres histéricos, mi hermano histérico. Una escena genial.
Llegamos a Eindhoven, y nos dicen que no se pueden usar tarjetas de crédito ni de débito extranjeras en este país. Bien, no sé cómo voy a pagar si no...
Conseguimos llegar a Delft, y damos con la única señora que no habla inglés en este país, nos perdemos para llegar a Duwo (hablo en plural porque iba con otros tres personajes de mi escuela), y Duwo está en el infinito. O eso me pareció a mí, claro, en bici tardas 2 minutos y yo no sé ir andando a los sitios. Además de que en este país las calles no tienen plaquitas con el nombre, y la gente no se los sabe tampoco. Así que dimos un par de vueltas al edificio, para qué vas a señalar... Yo creo que se me saltaban las lágrimas ya.
En DUWO conocimos a una tía que me da igual que lea esto, porque seguiré pensando que es tonta y más falsa que nada. Ahora por lo menos somos coherentes y nos hemos retirado el saludo, pero bueno. La tía se empezó a flipar y a contarnos que ella conocía Delft y a los holandeses por haber estado seis meses de Erasmus el año anterior. Bueno, teniendo en cuenta cómo es esta gente, o te meten en sus casas, o ni te enteras de qué van, pero si ella lo dice... La cosa es que pago la casa, hago un contrato por un año por un sitio que no he visto más que con las fotos del Google Maps, me llaman a un taxi que me lleve a mi casa, y el tipo me da más vueltas que nada, a las 5 de la mañana de la estación a mi casa, el taxi vale la mitad de lo que me costó ese día, pero bueno. Yo iba en el taxi, de DUWO a mi casa en Van Hasseltlaan, que era donde vivía antes, y pensaba: "¿ESTO es turístico?". A ver, horrible es poco. Solo había turcos por la calle, mujeres a las que solo se les veían los ojos, delicuencia y chinos, el enemigo número del erasmus. Yo me quería volver a mi casa a llorar.
Y en esto que llego a mi casa: efectivamente, me pongo a llorar. Era un pasillo, más o menos como el de ahora, con un ventanuco que te asomabas y tenía el cristal enrejado. En la cocina estaba Elias, que es un niño adorable, pero que el pobre acababa de salir de su pueblo en Bélgica casi por primera vez en su vida, y su inglés aún deja bastante que desear, y era... un niño desastroso incapaz de vivir fuera de casa. Ya no, esta gente espabila enseguida, que conste. Pero Elias representaba muy bien aquella cocina: desastre.
Mi cuarto era muy grande, ¡y tenía mi propio baño! En el que no me atrevía a entrar sin traje de protección tóxica. Gasté ese día media botella de lejía, el tío del año anterior era un pedazo de guarro y no creo que limpiara en todo el año. Me cargué los estratos arqueológicos de mierda erasmusil de años.
A Jorge en junio le seguía dando asquete, pero era mi baño y yo entraba descalza, cosa que no hacía en el resto de la casa.
Con el baño no acababa la cosa: el colchón (ya iba a decir la matriz...) le quedaba pequeño a la cama, la cama hacía ruido de ñiquiñiqui con soplarla, iban a pensar, vaya con la erasmus, qué fresca, todo el día que se tira ahí dándole... Y además había moqueta. ¿Por qué? ¿Por qué ponéis moqueta, pedazo de guarros? En la habitación de un estudiante NO debería haber moqueta. Pero eso no es lo peor, lo peor es que había una vomitona reseca al lado de la cama. Por experiencia, son cosas que pasan. Me pasaron. Pero fui lo suficientemente inteligente como para colocar la papelera al lado de la cama los días que sabía que iba a beber mucho, como un amigo mío se abre la cama antes de irse de fiesta. Previsión, lo llaman.
El caso es que con la moral por los suelos me fui andando a la universidad, y por supuesto, llegué hecha una sopa. La universidad era genial, pero la gente dejaba de trabajar a las 3 y no me daban la oportunidad de tomarme una cerveza para consolarme. Además, con los problemillas de incom......... de la escuela, llegamos tarde y no teníamos clave para internet ni nada en casa, así que no podíamos matricularnos, ni mirar el correo, ni nada. Y llegamos tarde a las presentaciones.
Además en la uni y en todas partes todo cerraba a las 6, me deprimía, todo el mundo a cenar y yo casi ni había comido. Todo vacío y yo necesitaba hacer tantas cosas...
Por la tarde quedamos con la tía tonta para que nos enseñara Delft, y mira tú por dónde, acabamos en el bar de debajo de la que aún es mi casa. A mí me parecía todo una mierda porque vivía en el culo del mundo en un pozo de porquería, las cosas eran caras, la cerveza aguada, no tenía bici y todo el mundo me daba miedo porque las bicis mandan. La gente hablaba un idioma horrible e incomprensible y llovía y hacía frío. Era 1 de septiembre y echaba de menos una cazadora.
Por la noche, por supuesto, no pude dormir, a ver, ¡sin persiana! Estaba agotada, y no podía con mi vida. Me había hecho el firme propósito de no hacer amigos españoles y me veía en mal camino: eran una plaga. Echaba de menos mi cama de 1.35 (ahora tengo una de 1.50, ¡a ver quién vuelve a la pequeña!), a mi novio, a mi familia, sentarme para ir al baño, un suelo limpio de calidad, el calor, unas zapatillas secas y mis 150 € que me quitó Ryanair.
Así estuve unos días, hasta que encontré mi lugar en este pueblo, adapté la habitación hasta que se le pudo llamar hogar y todos los de mi casa me lo decían, hice amigos que todavía tengo, y espero que me duren para siempre, por lo que significan para mí, descubrí mis bares favoritos y que la cerveza no debe ser Heineken, y me compré una bici y una alfombra para poder pisar descalza al despertarme y no ver la vomitona.
Ahora todo es genial en Delft. Me encanta, es un sitio de cuento, la universidad es la leche, cierra todo a las seis y ni me molesta, ¡me asombra ir a otro país y que las cosas estén abiertas! Mis amigos, la mayor parte no están, pero sé que puedo contar con ellos. Vivo en una casa limpia que da a la estación y está bien aislada, bebo Palm o Leffe y nadie me mira raro cuando la pido. Leo la carta de los sitios en holandés y la traduzco a las visitas. Duermo en una cama que no hace ruido de 1.50. Como un sandwich a las 12 y me pongo como el tenazas a las siete y media (que no es plan de forzar a las seis).
Quiero volver a España, pero me encanta Delft. Y aunque sea lo peor y me haya convertido en Hans, sin aprender una palabra de holandés, ik weet niet, y los que se van a cualquier otro país aprenden idiomas y yo solo haya aprendido a decir wtf y otras lindezas, no me arrepiento de haber elegido Delft. Delft es el erasmus definitivo. Es lo mejor que he hecho nunca, aunque habría sido mejor si hubiera venido en cuarto.

sábado, 22 de agosto de 2009

Kappa Pi y demás

Pues resulta que ya no vivo con las Kappa Pi. Ahora vivo con un ex Kappa Pi y con un Delta Gamma. Seguiré llamando Kappa Pi al DSC y Delta Gamma al Virgiel, porque a ver qué clase de nombre es Virgiel para una fraternidad. Además, que teniendo en cuenta los frikis que hay en Delft, y los pobrecicos, que parece que no se van a comer un colín en toda la etapa universitaria con las pocas chicas que hay, llamar a la fraternidad Virgiel es un poco cruel.
Las de mi casa eran del DSC y las tías sí que ligaban, la verdad, por lo visto en la fraternidad hay como grupos jerárquicos y ellas debían de ser el número 1, las chicas eran monas y, ahora que ya no vivo allí y nadie me puede venir a ver, puedo decir que la casa está en el Beestenmarkt y que la explicación de lo guay que es esto es muy fácil de obtener mirando el Google Maps, y de cualquier manera, era un sitio muy guay para vivir si ellas no lo fueran tanto. Y si el novio de la de abajo no gimiera como en una película porno cuando yo estoy a punto de entrar en el Virgiel.
De hecho, las tías eran tan guapas así de primeras para un observador no acostumbrado a la belleza holandesa (ahora flipo yo cada vez que voy a España con lo bajitos y feúchos que somos, no me matéis, pero es así), que mi madre me dijo que lo sentía mucho por mí, pero yo era la más fea de la casa.
Me he mudado ya porque la universidad de Delft hace cosas muy guays como el OWEE, la semana de la introducción a la universidad, con fiestas todas las noches, y los adolescentes se quedan a dormir en casas de las fraternidades. Así que en mi casa había adolescentes borrachas todas las noches, y además las de mi casa me dijeron muy claramente que ellas preferían a una chica holandesa en la casa antes que a mí.
Lo del OWEE me apasiona. Hace seis largos años, antes de conocer al 95% de la gente que lee esto, yo empecé la carrera en mi querida Politécnica, y el día de la presentación después de que llegaba la carta de aceptación, el entonces, y ahora difunto, director de la Escuela nos dijo que había mucha gente en esa sala que no acabaría la carrera, algo así como el 40% de los presentes ya no estarían (y no estaban) presentes al julio siguiente, y que los que quedáramos seríamos la élite de la élite. Esto es: como somos ingenieros somos guays. Como somos industriales somos todavía más guays. Y por eso las chicas que somos ingenieras industriales tenemos una tendencia a endiosarnos que no se aguanta, pero no os quejéis, que peor es en Delft. El caso, que me disperso, es que el tipo contó que era sacrificado ser ingeniero. Lo que en el lenguaje de la calle, y no necesariamente de una de Orcasitas, viene a significar: preparad vuestro bonito culito bachiller, porque no hay suficiente vaselina en el mundo para protegeros de tanta putada y humillación como la que vais a sufrir aquí. Punto para Delft. Y aquí tampoco hay vaselina de sobra, pero por lo menos hacen fiestas para captar a la gente. Aún me pregunto cómo hice la matrícula después de que me dijeran eso el primer año.
Lo del OWEE lo organizan entre las fraternidades, el Sport Center y la universidad. Se llena Delft de gente en bici recorriendo la ciudad, con monitores que no cobran ni nada. En la ETSII, nos pegamos para entrar porque te dan créditos por tomarte una cerveza con los nuevos, y siempre les dan las plazas a los pijos de Organización porque lo organiza una pija que da clase a Organización, y me jode. Han montado carpas, beben, ellos que tienen el hígado Virgiel y pueden, desde las 11 de la mañana, hacen fiestas, las fraternidades captan adolescentes que les paguen las fiestas del año que viene y les dan alojamiento y bici. Ah, punto remarcable de las fraternidades: cuando eres mayor pasas del OWEE, porque ahora hay recuperaciones de los exámenes de junio, mandas a los más jovenzuelos a hacer el gañán, ellos suspenden y tú tienes tiempo para estudiar. Está organizado al milímetro.
Cuesta una pasta ser del DSC, todos son como pijos de Madrid, de alpargatas y camisa de Polo Ralph Lauren, y coche propio en un país donde lo normal es no tener carnet. Y a pesar de todo, como Delft es como Villalba, todo el mundo se mete en una fraternidad porque así tienen dónde salir. Al local de la fraternidad. Que si pagas la entrada también puedes ir tú... En Amsterdam casi nadie es de fraternidades porque tienes cosas que hacer.
A mí me sorprende mucho, yo aquí no me aburro, desde luego. Días como hoy no hago nada, me aburriría, pero me echo un rato y me quedo frita durante horas sin remordimiento, de puro agotamiento físico y psicológico. Un día me dice uno del DSC: "Si en España no hay fraternidades, ¿cómo haces amigos en la universidad?". ¿Como en el instituto, en el colegio, en clase de ballet, en voley, en inglés, en catequesis? De ahí (sí, de catequesis, ¿qué pasa?¿Algo que objetar?) han salido todos mis amigos de antes de la universidad. Se ve que este chico no debía de tener muchos amigos antes... A mí sin fraternidad en la universidad tampoco no me ha ido mal, hasta novio he conseguido... En la escuela regulero, pero en la universidad...
De verdad, a mí me encanta esta gente y cómo se lo montan. Punto para TU Delft.
Btw, creo que la ETSII solo tiene un puntico: esos tercios con los hijos del metal... No los cambio ni por todos los Kappa Pi ni todos los Delta Gamma.
Acabo de descubrir que Virgiel es una asociación de origen católico. Las hay católicas del todo con gente Amo a Laura, así que ésta no es mala del todo.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Que yo no soy hortera

A ver, muchachos, voy a puntualizar lo del horterismo.
Mi jersey es precioso, y mi abrigo hortera no solo es español sino que además es de diseño. Y obviamente, me pienso llevar los dos a España.
Otra cosa: mi novio me dijo que en Holanda soy una hortera pero cuando llego a Madrid vuelvo a mi ser, es decir, al vestido de Promod que aquí aún no me he puesto. Mi estilo aquí ha consistido en adaptarme al medio hasta que la gente piense que soy lugareña, y creo que por eso no engordo, jaja, porque las holandesas tienen la mayor parte un tipo que flipas. El problema mayor es cuando alguien a quien tú consideras hortera a morir viene a decirte que qué camiseta/jersey/vestido más bonito llevas. Y esto me ha pasado con un vestido comprado en España hace como 3 veranos en pleno apogeo de nuestra tontería O.C. Además, todavía no me pongo pantalones rojos con estampados de paramecios y jersey amarillo, que no cunda el pánico, por favor.
No os preocupéis, amigos míos. Volveré a Madrid y seré Marissa Cooper o Serena Van der Woodson, holandesa al fin y al cabo, y más del 2009.

lunes, 17 de agosto de 2009

A house in the middle of a street

Bien, Under the bridge vuelve a ser solo una canción para mí. Me congratula comunicar a mis queridos lectores que una servidora tiene un bonito hogar en el que pasar el resto de su estancia en Delft, hasta que vuelva el dueño de la habitación y la servidora se vaya al sofá cama de algún benefactor.
Entré en crisis, y de las gordas, tuve unos días que no dormía y que me daba por llorar cada dos por tres, pero he encontrado la única casa holandesa limpia (supongo que los padres también la tendrán limpia, pero los estudiantes…), con dos chicos que tienen el baño que ni el de mi casa de Madrid, con un pasillo sin cosas por el medio, un sofá para cada uno en el salón, sin adolescentes, porque soy la mas “pequeña”, con mis 24 palos, de la casa, y sin fraternidades ni bares debajo. Pero en el centro de Delft. No me creo la suerte que he tenido. Grande, grande.
Ahora solo queda esperar a que algún benefactor se preste a ayudarme con la mudanza a partir del fin de semana que viene: vivo en una zona peatonal, y me mudo a otra zona peatonal, que además es un cuarto sin ascensor. O yo no lo he visto, que todo podría ser…
Se aceptan propuestas de ayuda, pero lo siento, no voy a compensar con un tour por Holanda porque no puedo recibir más visitas. Por mi salud mental, física y económica.
Aunque se supone que empiezan a llegar los Erasmus y puede ser mortal.
Que, por cierto, y hablando de Erasmus, la gente que me ha escrito, ¿no conocéis Delft? ¿Qué mejor recompensa a mi ayuda que un tour por la ciudad de Vermeer llevando mis cajas de la zona de salir a la zona antigua, edificio del siglo XVI incluido?

martes, 11 de agosto de 2009

Hortera yo?

Pues resulta que no solo me fui a la playa el sábado, sino que además el domingo me fui a ver los dos museos mas importantes de Ámsterdam: el Van Gogh, caro, lleno de gente, con colas enormes y bastante mal organizado, y el Rijksmuseum, un poco menos caro en total, pero mucho más relativamente, bastante mediocre y enano. Entre los dos museos suman como 5 cuadros dignos de pararse un rato a verlos. Pero con 25 personas delante, en una sala enana, con lo grandes que son los dos edificios, mira, Google Images y a correr, porque no me voy a pegar con 10 japoneses (aunque a estos les gano una pelea pero ya) ni con 10 americanas tochas y chonis, ni con 5 españoles/italianos que en realidad van a Ámsterdam a fumar. Como muchos de los que esto leéis, que aquí que tire la primera piedra el que esté libre de THC… ¿Sabéis que se queda en la sangre como seis meses?
El caso: que sí, que Rembrandt es impresionante, que Van Gogh hacía joyas, y que Cézanne, que también estaba en el Van Gogh también, pero no merece la pena pagar tanto. Para eso, te vas al Mauritshuis, que a mí particularmente me gustó más, estaba en español, había poca gente, y costaba un tercio menos. Y mucho más cerca de mi casa.
Lo que pasa es que a ver, el Prado, 4.5 euros, te puedes tirar días ahí dentro; Rijksmuseum, 12 salas como mi cuarto de grandes (15 metros cuadrados el de Madrid, es grande pero sin fliparnos), por el módico precio de 11 euros. Mira… No vuelvo nunca más.
Pero pasearme entre los guiris, que es una cosa que no hacía desde hace bastante tiempo, por esto de mandar a mis visitas a pasear solas y a hacer cosas fuera de la guía, me ha hecho abrir los ojos a un hecho irrefutable de la condición holandesa. Los holandeses son guapos. Muy guapos. Las holandesas tienen unas piernas que no sé cómo se atreven a salir de casa, para hacerme sentir mal a mí, que con mi metro setenta largo de estatura, sus piernas me llegan casi por el pecho. Y guapas. Pero horteras… Un rato no, años.
La madre del cordero, ¿cómo se puede vestir tan mal sin que te duelan los ojos al mirarte en el espejo? Vale, el día que se me vieron todas las bragas en la bici porque me vino el viento y casi me caigo porque no podía ni ver entendí por qué llevan leggings hasta con falda larga. El día que el viento se me metía entre la sandalia y el pie, comprendí que los calcetines no están mal… ¡Pero solo cuando vas en bici! Eso sí, yo he optado por llevar zapatillas.
Pero a ver podría tirarme horas comentando cosas horribles que he visto por la calle, aunque solo voy a relatar algunas.
Yo me preguntaba: ¿hay algo peor que los calcetines blancos? Y la respuesta es sí. Todo lo que voy a comentar aquí es real, y lo he visto en Delft, en La Haya o en Ámsterdam de hace dos semanas para acá:

  1. De menos malo a horrible. Los calcetines blancos con sandalias. Los calcetines blancos con la puntera de otro color. Los calcetines blancos con la puntera de otro color con sandalias. Las medias blancas como de futbol sin botas de futbol ni equipación de futbol. Las medias blancas como de futbol con sandalias. Los calcetines/las medias blancas como de futbol con chanclas. Por lo menos no eran de dedo… Casi me muero cuando lo veo.
  2. Los pinkis. ¿Qué son los pinkis? Son unos calcetines de color carne que se ponen las abuelas para que no les rocen los zapatos. En realidad son útiles, y no se ven. Eso sí, son al erotismo lo mismo que los sujetadores-faja de color carne. Bien, pues esta gente no solo usa pinkis hasta con deportivas, si no que los tienen de colores (a ver, que se trata de que no se vea) y lo que es más: ¡se los sacan hacia fuera como si quedara bonito ver una masa informe dentro del zapato!
  3. Las combinaciones de ropa: cuadros+rayas, estampados hawaianos+rayas/cuadros/otro estampado/cualquier cosa fuera de Hawai, rosa fucsia+amarillo, rayas+flores… Para sacarse los ojos. Y todo de colores cantosos y llamativos, ¡como si fuera verano!
  4. Los zapatos de sevillanas vestidos con gente que no sabe que en Barcelona la gente no baila sevillanas por la calle.

Lo malo no es que pudiera seguir, que seguiría, sino que tú, por osmosis, te conviertes en uno de ellos, y empiezas a ir con colores estrambóticos y estampados horribles que nunca, nunca, te habrías puesto en Madrid. Y ahí entra mi amigo Jesús que cada vez que subo una foto al facebook se quiere hacer el harakiri con mis modelitos. No es por ser flipada, pero antes yo vestía bien, y mi novio me dijo que Holanda tenía sobre mí un efecto horrible. También he de decir a mi favor que no tengo calcetines blancos, que no llevo sandalias con calcetines de ningún color, y que vivo en un pueblo donde ahora no me conoce casi nadie. Y además, cuando vuelvo a Madrid, me dejo la mochila en Delft. Este país me está matando. Menos mal que no engordo como todo el mundo pronosticó.

lunes, 10 de agosto de 2009

A la playa por fin

Pues resulta que ahora tengo mucho tiempo libre porque, aunque debiera trabajar también los fines de semana, yo fuera de una biblioteca, no funciono. Y este fin de semana he decidido que pasaba de todo y me he ido a hacer cosas que nunca había hecho y que ya me valía.
El sábado me fui a la playa porque hacía “bueno”. Esto es, superábamos los 20 grados y no llovía. Suficiente para que la que esto escribe se cogiera la mochila y se fuera a Scheveningen. Sí, aún no sé cómo he llegado a saber pronunciar eso, que es tan difícil de decir que los holandeses lo utilizaban como contraseña contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, y que menos las enes, todas las letras se dicen diferente del español. Llegué, me unté de cremita, y hale, a tomar el sol. Y me ha cogido, oiga, a ver, que el blanco nuclear no es mi color natural. Tengo una piel cojonuda. La playa es la leche, aunque el pueblo es una mezcla del peor Suances y el mejor Benidorm (lo cual tampoco es decir mucho…): chiringuitos con olor a fritanga, chiringuitos con abuelas con niños y con tumbonas, chiringuitos de salir, vestigios de pueblo marinero (como lo era Benidorm y sigue siendo Suances), tiendas de camisetas de “Alguien que me quiere mucho me ha traído esta camiseta de Scheveningen” y hoteles y casas de verano, apartamentos de ciudades de playa con dos habitaciones donde los post-adolescentes tardíos sin ingresos como yo nos hacinamos.
Sin embargo la playa es absolutamente genial. No está masificada, la arena no quema porque este sol no calienta, casi no hay viejas holandesas gordas haciendo topless, para eso está Torremolinos, y que los españoles nos traguemos los esperpentos. La playa, lo miré en Google Maps, mide 90 km, y Scheveningen está en medio. Como no solo el país es plano, sino que no tiene una costa abrupta (¿se dice así? Mi español se contamina de inglés y el otro día dije “tarde suficiente”, que me suena a peli de James Bond mal traducida). Por eso al sur, desde Scheveningen, se ve el puerto de Rotterdam y todas las plantas químicas que hay, y al norte se distingue un skyline que no se muy bien de qué ciudad es, soy terrible para eso. Claro, esto el día que hace bueno y está despejado. O sea, que no os flipéis con verlo si alguna vez os pasáis por allí.
Otra cosa genial que tiene la playa ésta, es que la arena es fina, y casi no tiene mierda de origen humano: ni cigarrillos ni condones. Pero tiene mierda de origen animal: de gaviotas y palomas. Mira que con todos los animales que se extinguen en el mundo, las palomas duren… No nos quejemos, en el fondo esto es “interactuar” con la naturaleza, ¿no?
Por supuesto no todo podía ser bonito: si la playa no está masificada es porque en Holanda es verano durante dos días, y no me atrevo a tocar el agua. Además, el gallito de playa es una especie que habita en todas las playas: junta arena+chiringuito+agua salada y ahí, con ese mejunje, sale un tío cachas, depilado, tatuado, con una novia fan del Claire’s llena de piercings, y con cara de ponerse de todo en cuanto puede, sobre todo de anabolizantes de gimnasio. Y también sale la señora de 50 años que no acepta que no es joven, no está delgada, y no tiene el pecho firme, y por eso hace topless para que tú decidas que a partir de ahora te vas a cuidar.
En fin, que esto debe ser la cultura occidental globalizada, todo se parece: la gente de pueblo es igual en todas partes, los yonquis que le daban a la heroína en los 80 son iguales en todas partes, los chonis son iguales en todas partes, la gente pobre es igual en todas partes, y aquí los ingenieros siguen teniendo el culo gordo y más ancho que los hombros. Así que la playa, lo mismo.
Y por eso vuelvo a tener marca del bikini en vez de moreno agroman.

viernes, 7 de agosto de 2009

Under the bridge

Estoy bastante enfadada con este país en el que no hay suficientes casas para los estudiantes. Bueno, en realidad estoy bastante enfadada con que las perras de las Kappa Pi no me dejen quedarse en su casa cuando se van dos. Vale, que una se va para siempre y blablabla, y es un follón, que yo no soy Kappa Pi y entiendo que tienen que meter a una nueva que amueble la habitación, pero la otra se va unos meses y a mí me van a dar por culete y voy a tener que estar de okupa de casa en casa de amigos míos hasta que dejen de ser mis amigos, por cansina. En fin… Mi cabreo es considerable y las quiero matar, que me dicen: “Joder, si tú te vas en noviembre, pues claro, luego meter a una chica por tres meses…”. A ver, yo he estado dos meses básicamente haciendo, ¿qué? ¿Cuidarles el gato? Y además este año es mucho más difícil encontrar casa, ¡hay como diez habitaciones libres en Delft! Es una locura. Y claro, con la edad que yo tengo, y lo mucho que paso ya de las fiestas duras de cuando empiezas la universidad, pues como que me parece que va a ser aún más difícil. Así que mi post del Facebook de Under the bridge, no es porque me guste la canción, es porque simplemente ésa va a ser mi casa.
Aiss, qué complicado es ser erasmus.
Por cierto, y hablando de erasmus: el otro día vi “Lost in translation”, que me parece una película absolutamente genial, y me sentí tan identificada… Los japoneses hablando raro y Bill Murray mirándolos como si los entendiera. Y así era yo cuando llegué a este país. Menos mal que la tele está en inglés, y puedo verla, y ahora pillo palabras de este idioma extraño de sonidos guturales.
http://www.youtube.com/watch?v=E1N_JDqHOZ8

lunes, 3 de agosto de 2009

Dutch Gay Pride

Awesome!Yo quiero volver al día de la Reina. Esto creo que lo sabe todo el mundo que me lea y que me escuche, y también sabe todo el mundo que no voy a tener dinero para venir y que mi jefe no me va a dejar aunque sí que tenga dinero. Pero resulta que el otro día estuve en el día de las Reinas (de las drag queens, más bien), no se queda corta la fiesta al lado de la de la reina de verdad que no paga impuestos y cuya nuera es hija de un ministro de Videla.
Estoy yo pensando que es complicado ser republicano con la fiesta que se marca Bea y los regalos de los Reyes Magos, por muy políticamente incorrecto que sea esto después de mencionar a Videla…
A ver, que me disperso como en la vida real. Resulta que tengo, como no, esto ya es habitual, una visita: mi amiga Sandra. En la ruta que tengo hecha y cuyos mapas los tengo grabados a fuego, hago Amsterdam el sábado, porque así podemos salir por la noche también. Pues nos acercábamos Sandrita y yo a Amsterdam este sábado, y veo un avión de éstos de playa con anuncios: See it live; http://www.canalparade.nl/.
El tren llega a Amsterdam y veo los canales a rebosar de gente. Y pienso: “ay, Dios, dónde me he metido…”. En el Gay Pride. Ni más ni menos. Y claro, preguntad a Sandra que qué le parece Amsterdam, porque no vio nada más que fiesta. Y qué fiesta, porque había atasco en los canales de la cantidad de barcos que había en el agua.

Era alucinante. El Amstel estaba a rebosar y no cabía un alma por la calle. Y todo era una marea rosa igual que en abril era una marea naranja.
Yo hasta que no voy al Orgullo Gay de Madrid no empiezo las vacaciones, y bueno, como este año no tengo pues tampoco me molesta tanto no haber ido, pero sentía que me faltaba algo: aquí lo he tenido. Y resulta que mira que me gusta Madrid y mira que me gusta el Orgullo Gay y me lo paso genial, pero no puedes ir a la cabalgata porque hace un calor que no te puedes ni mover. Y esto es un minipunto para Holanda. A ver, que fui a Amsterdam porque estaba mi amiga, que yo no tenía ni idea de lo que se cocía, pero desde luego, que si lo hubiera sabido habría ido corriendo de cualquier manera. Pero en la cabalgata, Canal Parade que se llamaba, se podía estar porque no caía un sol a plomo ni hacía 35 grados a la sombra. Eso sí, yo no veía casi nada porque en España soy alta y saco la cabeza por encima de casi todas las mujeres y de gran parte de los hombres, y aquí me quedo enanita. Pero nos fuimos Sandrita y yo cerveza(s) en mano a ver a la gente bailando, o moviéndose y punto, porque siguen siendo holandeses con las caderas soldadas a los hombros.
En Amsterdam hay una libertad un poco de doble moral, las cosas como son, que se puede fumar marihuana pero no se puede ir borracho por la calle. Y yo he visto muchas mujeres en escaparates y nunca he visto a un hombre vendiéndose. Y sin embargo la homosexualidad está tan aceptada, es tan normal ver a dos mujeres por la calle de la mano y que nadie diga nada, que se supone que el Gay Pride sí debería ser aquí la fiesta de la ciudad. Y casi lo consigue. Hay que ver, toda una ciudad volcada en dos fiestas en lugar de doscientas como en España, y consiguen que una vez que las pruebas, quieras venir todos los anos hasta que tu hígado aguante.
Y lo mejor de todo: ¡sin tabaco!

viernes, 31 de julio de 2009

Y continuamos con los plagios

Enrique, claro que hay más:
http://www.youtube.com/watch?v=nDCQtHygN1A Y casi con el mismo video que el original. Además ésta la colgué hace un tiempo ya.
http://www.youtube.com/watch?v=EcTDbX4EobU Y lo mejor es eso de que el invierno ya se ha acabado, jaja, aquí sigo esperando…
Esta mañana he escuchado una canción que mi nueva visita dice que es de Ana Belén y Joan Manuel Serrat. Pero como mi amiga no sabe cómo se llama la Ana Belen no la he podido buscar.
La mejor canción de todas las canciones españolas que yo conozco, la había escuchado en holandés, y por eso la he buscado, ¡y resulta que no es española! Esta es la versión original del “Y viva España”:
http://www.youtube.com/watch?v=ZWl18EuTRLk
Es belga, pero vale igual, sigue siendo holandés pero sin tanta jota.
No sé que les dan Bisbal y Bustamante, que un día lo escuché en un chiringuito de Scheveningen y en España huyo de ellos como de la peste.

jueves, 30 de julio de 2009

Este idioma nunca dejará de sorprenderme

Mira que estoy agobiada, pero lo tenía que contar. Esta mañana he encendido la radio (a ver, la música en inglés es música igualmente) y me encuentro una canción de Cristian Castro. Y flipo.
Pues no, no es Cristian Castro, al no ser que ahora hable alstublieft. Eso sí, el muchacho es bastante más mono. Es holandés, es lo que tiene.
http://www.youtube.com/watch?v=3ezlYuVLoTg
Ay, holandeses de mi vida, de verdad, dejad de copiar canciones, ¡que con ese idioma tan feo suenan muy mal!
Bisbal no es el único, y he visto por interné que hay más copias de éstas…

martes, 28 de julio de 2009

Mi café...

Lo primero, a ver, la gente que me escribió la semana pasada: yo encantada de contaros cosas de Delft y de la ETSII, pero como sobre todo de la ETSII tengo bastante queja, es mejor que me pongáis un mail a dónde escribiros, yo os doy el mío, y vosotros me decís las dudas que tengáis. Podría escribir un libro sobre la 3mE y otro sobre la ETSII, pero con la poca gente que me lee, todavía me leerían menos del aburrimiento mortal que sería contar todos los pormenores del Egipcio/Ojos Tiernos de Secretaría.

¡Bueno! ¿Pero qué ha pasado aquí? Me voy cinco días de vacaciones, que ya veis que pedazo de vacaciones me he marcado este año, uno tras otro me supero, y me cambian lo que me daba la vida en esta Universidad. ¡Ahora hay que pagar el café! Como decía mi amiga Menchu, esto es una autentica craisis. De momento han instalado el cacharrito para pagar y dice que está fuera de servicio (me encantan mis conocimientos de esta lengua horrible), pero yo no me puedo permitir tantos cafés como gorroneaba antes.
Esto es un pequeño detalle muy tonto de que la vida sin los Erasmus ya no es lo que era. ¿Qué va a pasar ahora? Seguro que ha sido DUWO para compensar que me he ido de la casa que me dieron y ahora me ahorro 40 euros al mes, que al final es una pasta…
Sí, mi vida en Holanda últimamente es bastante aburrida. Sandra, ven a solucionar esto.

viernes, 17 de julio de 2009

A la rica "facility"

Ante tanta instalación deportiva, ante tanto despilfarro de dinero (en las salas de reunión de los alumnos la tele que hace de pantalla vale más que todo el dinero que le dan a mi departamento al año, casi seguro), he obviado comentar una cosa muy tonta que hay en la universidad de Delft.
Yo soy chica tupper, esto lo sabemos todos, aunque no llego a la elaboración de Sandra, y aquí echaba de menos un microondas en Aula para calentarme mis macarrones, así que prescindí de hacerlos. Y en Madrid echaba de menos una nevera para mantener fría mi ensalada de pasta, así que también decidí no llevarla (en aquellos tiempos lejanos en los que no sabía cocinar la comida me la hacía mami). Desde hace bastante tiempo ya no tengo problemas ni para lo uno ni para lo otro, aunque mi holandesificación está haciendo estragos en mí y con mi sándwich y mi croqueta del Aula estoy servida. En mi facultad hay neveras y microondas. A ver, no son para todos, pero yo las puedo usar. Además en verano no hay nadie así que debe ser hasta seguro dejar la comida ahí. Hasta de hervidor de agua (absolutamente imprescindible en mi vida) dispongo.
Ya no es que aquí el gimnasio sea un gimnasio, el detalle de las neveras es muy grande.
Y otra cosa: ¡el café es gratis! En realidad no, pero esta mañana llevo dos y no he pagado ninguno…
Eso sí, no esperes encontrar servilletas con facilidad.
Ay, ETSII, cuántas cosas que aprender y qué poco las voy a echar de menos porque ya no tengo que volver más.

miércoles, 15 de julio de 2009

No hay españoles en la costa

Hay que ver…
En lo que se va a quedar Delft. En nada, en nada de nada. Resulta que este año piden para venir el Toefl, sacar más de un 80%. Y yo acabo de ver que lo sacaría raspadito, y llevo aquí un año. Que bueno, los holandeses también le dan cada patada al diccionario rica, y como siempre tienen los mismos errores, he llegado a saber como se dicen las cosas en holandés si las traduces palabra por palabra. El how late is it para pedir la hora, es algo que ya no me suena mal en absoluto, y yo contesto que las five o’clock y todos nos quedamos contentos.
Pero a ver, honestamente y con sinceridad. Vale que yo no lo he preparado, que no he hecho un examen oficial de inglés jamás en mi vida, pero a ver, que se supone que yo hablo bien y escribo inteligiblemente. Y si yo no tengo nivel de inglés… El año que viene en Delft no hay españoles.
Además el otro día me decía mi amigo holandés que según él es de Moratalaz, que eel conocía a tres o cuatro españoles que venían, y yo otros tres o cuatro. Pues uno va y coincide. En fin. Que me voy a tirar días sin hablar español, me parece a mí. A una de estas me arranco con el holandés y mis compañeras de piso, mis queridas Kappa Pi, se quedan flipando conmigo.
Hey, que lo de que no haya españoles tiene ventajas: así no se juntan entre ellos, va a ser como ser esloveno (yo tenía un amigo esloveno), como no hay ninguno más, todos sus amigos eran internacionales, y ahora se dedica a recorrerse Europa por la cara.
Pero Delft va a quedarse vacío como no vengan los doscientos españoles de todos los años.

lunes, 13 de julio de 2009

"À la mode": quemando cositas

A ver, me explico. Resulta, aunque yo no lo tenga demasiado claro, que si acabas las asignaturas de una ingeniería, te conviertes en licenciado. Y no eres ingeniero hasta que no presentas el proyecto. Por eso yo soy licenciada. Y por eso, Pablito, he puesto una foto del Lisensiado más famoso de España.
Las Kappa Pi, querido Miquel, son las compañeras de casa de Silje. Que ahora vivo yo en su cuarto.
Pero yo voy a contar mis problemillas con el proyecto. Veréis, en Delft hay una cosa que les gusta mucho, y yo me he unido a la moda. Esa cosita es quemar edificios. Así, fácil y sencillo. Que se quemó la facultad de arquitectura, creo que lo sabe todo el mundo, ¿no? Todo el mundo me llamaba y me decía: “¡Laura! ¡Que en tu facultad Erasmus ha habido un incendio! ¡Que te quedas sin Erasmus!”. A ver, almas de cántaro, que yo estudio materiales, no arquitectura…


Después, por lo visto, aunque yo no lo tengo demasiado claro, se quemó la única tienda dónde tienen ropa bonita en este pueblo para chicas, el Lady Sting. Y creo que se ha quemado alguna cosa más desde que estoy aquí. Pero en ninguno de los incendios he tenido yo nada que ver, menos en el que casi provoco el otro día en el 3mE. Que se me cayeron unas probetas al suelo recién salidicas del horno, a la bonita temperatura de 1100 C, y prendieron fuego, y prendieron fuego también al suelo de goma. A ver, macho, pon un suelo ignífugo, de verdad, qué ideas de bombero tienen a veces los holandeses. Además, a ver, ¿desde cuando las superaleaciones son inflamables? ¿Desde cuando puedes quemar un trozo de hierro? Y bueno, menos mal que las probetas se me cayeron al suelo, porque me llegan a caer encima del pie, y que alguien se me queje de pies rotos, que yo no lo cambiaría por unas bonitas quemaduras de tercer grado. De medio grado tengo una en la barbilla, que lo que no me pase a mí en la barbilla no le pasa a nadie. Como escuche a alguien decir que los cerámicos son aislantes, lo mato. Aislantes, ¡las pelotas!, a 1100 C no existen las cosas aislantes. Un palo de vidrio, lo rozo con la cara porque no me apañaba y no me di cuenta de lo caliente que estaba, y quemadura. Menos mal que comparado con el agujero que me salió el año pasado en la cara, no es nada. Pero yo le empiezo a tener una considerable tirria al Kanthal.
Si es que el problema principal es que me dejan jugar con cosas muy caras...